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Desde hace varios años los estudios a distancia han derribado todas las dudas de los escépticos. Con la tecnología, la modalidad presencial ha ido dando paso a profesionales que estudian y se certifican frente a una pantalla de computadora de acuerdo a su disponibilidad horaria y de conexión.
No existe ninguna diferencia en la calidad de la educación impartida en las modalidades presenciales o a distancia. La única diferencia tangible es que el tipo de modalidad estará inscrita en el dorso del título que obtengan, el resto de las consideraciones para escoger una u otra surgen de la experiencia educativa de cada alumno y, sobre todo, de su adaptación a cada modalidad.
Estos son los aspectos diferenciales entre las modalidades que hemos podido detectar en nuestra experiencia llevando adelante la Maestría de Gerencia Pública tanto presencial como a distancia:
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Disciplina y autodisciplina
Sin duda, el estudiante a distancia suele privilegiar la individualidad, gusta de estudiar a solas, se concentra más fácilmente en entornos controlados como su casa u oficina y sabe dirigirse con autodisciplina para alcanzar sus logros.
Son personas en extremos independientes que no requieren motivación grupal y que se sienten a gusto con métodos autodidactas, tecnológicos y autogestionados como los que ofrece la educación a distancia.
En el caso de la modalidad presencial, la disciplina se da por descontado en tanto deben cumplir con horarios establecidos y entregas periódicas. Esta modalidad suele ser escogida por personas que privilegian la experiencia grupal, el trabajo en equipo y los métodos de aprendizaje directos.
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Manejo del tiempo
Los estudios a distancia son para personas con un estilo de vida que amerita una autogestión de su tiempo. Gerentes que manejan su propia agenda, personas que viajan por trabajo o que viven y trabajan lejos de las sedes de las Universidades, especialmente en metrópolis modernas donde el tráfico es un tema a considerar.
Esto no significa que aquellos quienes pueden acomodar sus espacios semanales para acudir a clases dos veces por semana o los fines de semana no tengan el tiempo restringido. En todos los casos hablamos de profesionales con otras obligaciones laborales y familiares. Sin embargo, les funciona mejor invertir esas horas en el estudio porque se inserta de forma armoniosa en sus rutinas.
Además, usualmente quienes escogen la modalidad presencial encuentran en ello una satisfacción adicional gracias al entorno, los compañeros y el contacto con los profesores. Eso nos lleva a la última diferencia sustancial.
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Contacto grupal
En efecto, aunque la modalidad a distancia cuenta con aulas virtuales donde alumnos y profesores están interactuando en tiempo real, es evidente que esta experiencia es distinta a la de un aula de clases física.
Hay un hecho insustituible en el contacto face to face que resulta atractivo, especialmente para quienes buscan hacer networking en sus estudios superiores. Sin embargo, nuestros estudiantes de la modalidad a distancia encuentran también gratificante ir formando vínculos virtuales con compañeros a quienes eventualmente también pueden conocer fuera de la computadora.
En definitiva, las semejanzas o diferencias entre ambas modalidades están muy marcadas por la expectativa de cada alumno. La educación de posgrado demanda adultos que se conocen a sí mismos y saben bajo cuáles circunstancias funciona mejor el aprendizaje para ellos, cómo pueden sentirse más motivados y cuál es la metodología que se adapta mejor a sus rutinas, estilos y necesidades.
Afortunadamente, en la Universidad Continental contamos con una maestría en Gestión Pública que ha sido exitosa en sus dos modalidades: presencial y a distancia, para que nuestros alumnos puedan escoger aquella con la que se sientan más a gusto.
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