Para abordar temas de importancia para la industria de la acuicultura participaron representantes de la Cámara Peruana del Atún, Sociedad Nacional de Acuicultura y Pesquera Austral.
Actualmente, el sector pesquero atraviesa por un crecimiento favorable, comparado con los años anteriores y esto se debe por la buena disposición de biomasa de anchoveta en el mar peruano.
Para este 2018, se estima un crecimiento de más de 4,7%, no cabe duda que el Perú es rico en recursos hidrobiológicos y la actividad pesquera es vital para generar industria.
Sin embargo, la industria de la acuicultura aún tiene ciertas problemáticas que limitan su crecimiento como la pesca ilegal y su impacto en la conservación a largo plazo de los recursos hidrobiológicos.
Anualmente suman 23 mil millones las toneladas de pesca ilegal que se producen en el mundo, y en el Perú, productos como el langostino, la trucha y la concha de abanico representan especies de mayor explotación; sin embargo, existe de por medio alta informalidad, la cual amenaza la sostenibilidad de los recursos pesqueros.
Para abordar esta situación la Universidad Continental, junto al diario Gestión e Intelfin organizaron una mesa redonda sobre sector pesquero.
Esta mesa redonda contó con la participación de Alfonso Miranda, presidente de la Cámara Peruana de Atún; Carlos Paredes, presidente de Intelfin; Adriana Giudice, gerente general de Pesquera Austral; Elie Barsimentov, presidente de la Sociedad Nacional de Acuicultura; y Rosina Ubillús, editora del diario Gestión y moderadora de la mesa.
El gobierno anunció que espera poder lograr la formalización de 18 mil embarcaciones informales para fines del 2020 y 12,000 embarcaciones de pesca continental en ríos y lagos, principalmente de la Amazonía para el 2021.
Es decir que en tres años el gobierno espera reducir la pesca ilegal en un 30 % y contribuir de ese modo a mejorar la calidad de vida y la seguridad de los pescadores peruanos.
Es importante que el proceso de formalización en el Perú sea lo menos burocrático posible para alentar al cumplimiento de las obligaciones que rigen a la pesca formal. En este sentido, el proceso no debe ser un proceso caro, largo, ni engorroso.
Por otro lado, la implementación de diversas estrategias para aprovechar las potencialidades de la acuicultura se impulsan por promover el desarrollo de la actividad acuícola como una actividad diversificada, económica, socialmente viable y ambientalmente sostenible.
Finalmente, Carlos Paredes, exhortó sobre la importancia del proceso de interdicción con el fin de evitar el ingreso y tránsito de nuevas embarcaciones que terminan operando en la informalidad.