En mi vida personal he tenido muchos cambios: he cambiado de país dos veces, de empleo unas cuatro veces, he finalizado dos relaciones formales de pareja y tengo dos hijos, uno adolescente y otro adulto. No puedo afirmar que he tomado las mejores decisiones, pero sí puedo decir que hoy en día me siento muy feliz por las decisiones profesionales y personales que he tomado.
Siempre vamos a cuestionar nuestras decisiones, pero solo nosotros podemos tomarlas, porque las decisiones se toman de acuerdo a nuestros valores y prioridades. Por eso considero que la decisión más importante que podemos tomar hoy es tener claro nuestro proyecto de vida.
4 preguntas a hacerse
Ahora bien, como consultora de talento y coach, muchas veces en un proceso de coaching personal he asesorado a clientes en la toma de decisiones. Para eso utilizo un método muy práctico donde les hago responder las siguientes preguntas:
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- ¿Qué ganas y qué dejas con las opciones que tienes? (ventajas y desventajas)
- ¿Lo que dejas es negociable en tu vida?
- ¿Cuál de las opciones te da más valor con el tiempo?
- ¿En qué te transformas con esa decisión?
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Suena sencillo, pero no lo es, porque implica la incomodidad de soltar y algunas veces la impaciencia de esperar; sin embargo, tomar una decisión difícil nos puede hacer la vida más fácil.
Otro aspecto que no quiero dejar de mencionar es que podemos equivocarnos al tomar una decisión. No pasa nada, tenemos el poder de volver a decidir. Eso sí, no esperemos tanto, porque sino la vida decidirá por nosotros y no siempre será a nuestro favor.
Toma nota de estas recomendaciones
Si tuviera que enumerar algunas recomendaciones que aplico diariamente y que impactan en la toma de mis decisiones serían:
- Ten claro tu proyecto de vida: ese será tu norte.
- Sé fiel a ti: no decidas para complacer a otros ni te victimices.
- Suelta las cosas que no aportan: a veces son personas, creencias o cosas, pero ten en cuenta que soltar no es abandonar.
- Confía y aprende de tus errores: todo pasa por algo, asume tu responsabilidad, aprende del error y no te tortures.
- Usa un lenguaje de amor y de abundancia: no juzgues, confía; no te quejes, agradece; no tengas miedo, no estás solo.
- Escucha a otros sin opinar: escuchar es un abrazo y al no opinar estás respetando la libertad del otro.
- Cultiva tus emociones: reconoce las emociones que te gustan y busca situaciones que las generen.
- Da a los demás: cada vez que das algo, el universo te lo devuelve.
- Date un abrazo: no eres perfecto, estás haciendo lo mejor que puedes.
Actualmente tengo claro mi proyecto de vida y lo comparto con una persona que decidí amar. Cada día disfruto tomar decisiones porque me acercan a ese proyecto, a veces me siento segura y otras veces me toca confiar. Pero lo más valioso es que soy libre de decidir, eso me hace ser dueña de mi vida y me permite construir el futuro que quiero usando el poder de tomar decisiones.
Y tú, ¿ya aplicas estos pasos y consejos al tomar decisiones? Te invito a hacerlo y a orientar a otros en su proceso, con nuestro programa Programa de Certificación en Coaching Profesional. ¡Solicita mas información!