Los grandes líderes no nacen, los forma el tiempo y la experiencia. En mi caso, la vida y mi esfuerzo me han permitido formar parte de grandes iniciativas que hoy tengo el agrado de compartir con algunos consejos para liderar equipos, en base a estos valiosos años de experiencia.
En julio del año 2013 asumí las riendas de la jefatura de recursos humanos en una entidad pública. Yo venía del sector privado, exactamente de la industria minera, donde había logrado desarrollarme con relativo éxito. Consolidé un liderazgo directivo, donde todos sabían perfectamente qué hacer y estaban orientados a lograr los objetivos de la empresa.
Con esa experiencia, decidí asumir el reto de una nueva cultura y un nuevo equipo; llevando conmigo mi ímpetu, mi poco conocimiento del sector público y la confianza atrevida que te da la juventud. De más está decir que en el proceso obtuve grandes aprendizajes que les iré compartiendo en mis próximas publicaciones, pero hoy quiero destacar uno que es clave en cualquier gestión: liderar equipos.
Rápidamente, asumí que por el cargo que ostentaba el equipo me iba seguir o que la cultura iba a favorecer el alineamiento y todos remaríamos hacia el mismo objetivo. Sin embargo, la realidad tenía matices muy diferentes. Fue sencillo darme cuenta, desde el inicio, que mi exitoso pasado no me iba ayudar en un presente con excesiva burocracia y microgestión.
El equipo estaba dividido y podía distinguir al menos tres grandes grupos. Por un lado estaban los escépticos por mi falta de experiencia en el sector público, por otro las personas que más allá de quien esté al frente intentaban siempre hacer bien su trabajo y finalmente había un pequeño grupo que rumoraba en los pasillos "es cuestión de tiempo para que se vaya, no va a durar mucho".
Ante este escenario, empecé a ejecutar muchas acciones. En ese momento los esfuerzos fueron algo desordenados pero hoy, años después y habiendo validado muchas de estas acciones, puedo compartirles las que considero me funcionaron y sientan las bases para liderar equipos de trabajo.
Escúchalos, busca saber de ellos y de sus familias, conoce qué problemas tienen y desarrolla rituales de integración.
Identifica sus cuellos de botella, oriéntalos para que logren optimizar sus procesos, prioriza sus requerimientos y mantente presente en la gestión.
Ponle a tu equipo metas altas pero alcanzables. Acompáñalos y bríndales el soporte necesario para que desarrollen sus capacidades técnicas, poniéndote el overol cuando sea necesario.
Ya sea ante las críticas de otras áreas o ante los errores que se puedan cometer. Siempre habrán aspectos a mejorar, lo importante es desarrollar un equipo que se atreva a hacer.
Estas acciones me permitieron consolidar a un equipo técnico y comprometido que brindó el soporte que necesitaba la entidad desde la gestión del talento y logró cumplir los retos que la alta dirección planteó. Para aquellos que pensaban que me iba quedar poco tiempo, la historia dice que fueron siete buenos años.
¿Te ha tocado liderar equipos ya sea en la administración pública o el sector privado? Cuéntame en los comentarios cuál ha sido tu experiencia y si te interesa desarrollarte este campo profesional, te invito a conocer el Maestría en Recursos Humanos y Gestión Organizacional de la Escuela de Posgrado de la Universidad Continental. Solicita más información aquí.