La necesidad de reinventarnos
A no pocas personas que pertenecemos a la generación de los Baby Boomers (nacidos entre 1949-1968) o de la Generación X (nacidos entre 1969-1980), nos cuesta todavía la tecnología y por ello nos resistimos a estudiar a distancia. Parece paradójico puesto que convivimos con nuestros smartphone y podemos ser muy activos en redes sociales.
Lo cierto es que es frecuente -y entendible- que no contemos con las mismas habilidades que los nativos digitales. Pero también es verdad que en la medida que nos familiarizamos con la tecnología, constatamos que mejoramos. También hay por supuesto muchos profesionales de nuestra generación que navegan en este medio como peces en el agua.
Por otra parte, somos conscientes que el mundo competitivo en que nos movemos exige contar con el grado de maestría y diversas especializaciones, decisiones de estudio que pueden haberse visto interrumpidas por el aislamiento social, derivado de la pandemia del COVID 19. Entonces ¿esperamos a que se levante la cuarentena para estudiar de modo presencial?
En el Perú vamos a tener una suspensión de clases presenciales de casi 1 mes y la verdad es que no tenemos certeza de cuándo cesará. Según un estudio de investigadores del Imperial College de Londres, si se levantan las restricciones luego de una cuarentena, digamos de 3 meses, la pandemia vuelve a estallar, sólo que en invierno, el peor momento para los sistemas de salud.
Según el modelo desarrollado por estos investigadores, tal como apunta Gideon Lichfield, editor jefe de MIT Technology Review, el alejamiento social y cierre de escuelas y universidades deberían producirse aproximadamente 2/3 del tiempo, es decir, 2 meses sí y 1 no, hasta que haya una vacuna disponible, algo que no se espera, como mínimo hasta dentro de 18 meses.
En este contexto puede que la cesación de clases presenciales sea más larga de lo previsto. Resulta pertinente a este respecto recordar el secreto de las águilas. Para prolongar su vida pasan por un proceso de renovación de su pico, uñas y plumas. Esta cuarentena nos desafía a reinventarnos también para iniciar o retomar estudios en entornos virtuales de aprendizaje.
Educación superior a distancia: tendencia internacional
Una importante tendencia en educación superior es la educación virtual. En Perú el 12% de la matrícula universitaria corresponde a una de las formas de esta modalidad. En México el 14%, en USA el 15%, en Australia el 16%, en Brasil más del 17%. En USA el 83% de los interesados en educación continua llevó un curso en línea. Se estima que en pocos años superará el 50%.
Desde el año 2000, la educación on line ha crecido un 900% a nivel mundial. Y contrariamente a lo que se piensa, no es sólo para millennials. En Estados Unidos el 68% de los estudiantes a distancia supera los 40 años y en América Latina a nivel de educación ejecutiva, cada año se incrementa el número de profesionales senior que deciden estudiar de forma virtual.
La educación superior a distancia tiene esta acogida porque responde a varias necesidades de los estudiantes. Flexibilidad de horarios, distancias geográficas, educación personalizada, acceso al derecho a la educación y por ser compatible con otra importante tendencia en educación superior, que es la educación a lo largo de toda la vida, lifelong learning.
Sobre la calidad hay que derribar el mito de que la educación presencial es mejor. La educación a distancia debería lograr, cuando menos, los mismos logros de aprendizaje que la modalidad presencial. Y en verdad, sus recursos facilitan el protagonismo del estudiante, su experiencia de aprendizaje, los espacios colaborativos, de igual o mejor forma que en la modalidad presencial.
La participación activa de docentes y la interacción con compañeros de aula está también garantizada en la educación a distancia de calidad. La Universidad Continental, por ejemplo, cuenta con el más completo ecosistema digital para el aprendizaje, con premios internacionales, por el uso de su aula virtual que facilita esta presencia e interacción.
Adaptación a educación en entorno virtual
La situación de aislamiento social en que vivimos, decidida por el Gobierno para mantenernos a salvo y preservar la capacidad de nuestro sistema de salud, es ciertamente crítica y difícilmente imaginable hace sólo pocas semanas. Pero nos pone de cara a la oportunidad de reinventarnos y desarrollar las habilidades para estudiar a distancia, en la que es la educación del futuro.
Dicho esto, es necesaria una precisión. Lo que las Universidades están haciendo a nivel internacional para enfrentar la emergencia, no es cambiar a modalidad virtual a sus alumnos, sino adaptar su modelo educativo presencial para desarrollarlo en entornos virtuales. Ello es menos demandante en términos de virtualidad para los estudiantes.
Ello significa que los alumnos habituados a la presencialidad de sus docentes, seguirán contando con su presencia activa, sólo que a través de este entorno virtual. Obviamente también habrá trabajo autónomo de parte de los estudiantes y trabajos colaborativos con compañeros, lo que en realidad ya es parte de las buenas prácticas de aprendizaje incluso en la modalidad presencial.
Para quienes se sientan más preparados y tengan mayor disciplina para estudio autónomo, existe por supuesto oferta disponible de maestrías y especializaciones de alta calidad que desde su diseño han sido concebidos como programas virtuales o semipresenciales. Esos programas no requieren ser adaptados en estas circunstancias, salvo si tienen un componente presencial.
Claro que no todo será color de rosa. La demanda masiva de internet puede saturar las líneas y generar problemas de conexión. Le pasará literalmente a todo el mundo. Pero tanto el país como las Universidades licenciadas, contamos con la capacidad para irnos adaptando y solucionar los problemas de modo que se logre una experiencia de aprendizaje lo más satisfactoria posible.
Sí podemos
Muchas veces hemos escuchado y nosotros mismos comentado que las crisis pueden verse como oportunidades. Esta es sin duda una de esas ocasiones para optar por enriquecernos y crecer profesionalmente aún en una situación compleja y de incertidumbre. También puede servir de ejemplo e inspiración para familiares y amigos.
Sabemos también que muchas veces las barreras para lograr nuestros sueños están en nuestra mente. Somos nosotros mismos quienes nos limitamos y detenemos nuestro progreso. Esta es también una ocasión para trascender esos límites, empoderarnos y decidir estudiar a distancia. De seguro que la experiencia de aprendizaje será muy enriquecedora.
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