Si bien la tecnología es un aliado para los equipos, trabajar desde casa implica realizar en un jornada diaria de 8 horas en un ambiente que puede no ser el adecuado. Además, el estar en casa implica un esfuerzo distinto ya que nos expone a más distracciones y nos exige una mayor disciplina. En este artículo algunas recomendaciones para poder trabajar desde casa sin dañar tu salud física y mental y continuar con tus labores de manera eficiente.
El trabajar desde casa implica que ya no tendrás que movilizarte; sin embargo, es recomendable que te levantes a la misma hora y mantengas la rutina diaria que tenía. Puedes emplear ese tiempo extra de transporte en desayunar con calma o realizar una rutina de estiramiento.
Así como respetarás tu horario de inicio es importante que también lo hagas con tus horarios de descanso y tu horario de salida. Al estar en casa las distracciones son mayores, así como la tentación de quedarte horas extras para terminar los pendientes. Prográmate pequeños descansos y pausas activas. Puedes utilizar, por ejemplo, el método Pomodoro.
Sabemos que es tentador y más cómodo, pero evita trabajar en pijamas. ¿Cuál es la razón? Nuestro cerebro asocia la sensación de estar en pijamas a actividades más relajantes y no nos ponga en modalidad trabajo. Además, si continuamos con nuestra ropa de dormir no saldremos del ciclo de sueño y no podemos iniciar el ciclo de concentración. Según los psicólogos, ponerse ropa que levanta el autoestima tiene un efecto en cómo nos sentimos y comportamos.
No será lo mismo trabajar desde la oficina, en un ambiente con las condiciones ergonómicas adecuadas, tanto en iluminación como ventilación y sillas adecuadas, a hacerlo desde nuestra habitación, sala o sillón en la sala.
Lo primero que necesitamos es designar un espacio en el que nos sintamos cómodos y estemos libres de distracciones.
Si escogemos el sofá, es indispensable tener la zona lumbar cómoda. Para ello podemos utilizar un cojín o una toalla enrollada. Es necesario también mantener elevada la laptop con mantas o cojines para evitar el contacto directo y la emisión de calor, asimismo, para que la pantalla quede lo más directo a la visión y así evitar el dolor de cuello. Los brazos y codos deben de estar apoyados, no se debe escribir con las muñecas elevadas ya que se puede provocar una lesión. Los cojines son un apoyo muy útil en este caso. Para no cansar los dedos, en lo posible trata de usar un mouse.
Si contamos con un escritorio, al estar sentados las rodillas deben de estar ligeramente por debajo de la altura de la cadera, los pies planos con el piso y la pantalla a una distancia aproximada a lo que mide tu brazo. En cuanto a la espalda, es necesario mantenerla recta y soportada.
No debemos cuidar la iluminación y la ventilación, especialmente en verano, debemos tener circulación de aire para evitar la sensación de encierro y dolores de cabeza.
Herramientas como hang out o zoom nos permiten realizar videoconferencias con los miembros de nuestro equipo y compartir nuestras pantallas para así mantenernos conectados.
Sin embargo, si no existen reglas claras y un líder que plantee los objetivos y haga un seguimiento de estos, el teletrabajo no es efectivo. Antes que nada, el líder debe comunicar las reglas de trabajo y plantear reuniones de seguimiento que pueden ser diarias o semanales.
Para el seguimiento de las tareas y proyectos del equipo puedes utilizar plataformas como click up o trello. Estas herramientas te servirán para conocer el proceso en el que se encuentran los miembros de tu equipo, así como responsabilidades y posibles obstáculos para cumplir los objetivos.
El teletrabajo o trabajo desde casa es una opción cada vez más común por las empresas. Los beneficios son múltiples, solo se necesita disciplina, buena organización y comunicación.
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