"La grandeza de una nación y su progreso moral pueden ser juzgados por la manera en que se trata a sus animales." – Ghandi
Desde hace más de una década, la ciudad de Medellín (Colombia) se ha convertido en un referente importante en cuidado y protección de los animales domésticos. En esta jurisdicción, se han implementado medidas inteligentes para promover una tenencia responsable de las mascotas al interior del entorno familiar, con énfasis en perros y gatos.
Dichas medidas se han venido materializando, incluso, en las denuncias por maltrato animal que se producen. Esto indica que la población es cada día más empática con los animales de compañía.
Por el contrario, la ausencia de denuncias por maltrato animal –como sucede en muchísimos lugares de nuestro país– se constituiría en un indicador de indolencia o al menos de una marcada indiferencia. También podría ser un síntoma de que hemos normalizado mantener a nuestros animales en situaciones de precariedad y de elevada vulnerabilidad.
Nueva normativa en Medellín
En octubre 2022, el cuerpo de concejales de Medellín aprobó –por unanimidad– el proyecto de Acuerdo 90 que “busca implementar iniciativas de educación y sensibilización sobre la empatía y el bienestar animal con énfasis en animales domésticos para los establecimientos educativos oficiales de preescolar, básica y media de Medellín como un espacio de aprendizaje y reflexión frente a la interacción entre los animales y seres humanos”.
De esta manera, se da un paso importante para ofrecer oportunidades de aprendizaje a lo largo de toda la educación básica, orientadas a garantizar un trato digno y cuidados especiales a los animales que están presentes en casi todas las casas.
Se considera que estas acciones, que se desarrollarán de manera más sostenida con este acuerdo, permitirán –como uno de sus impactos – una mejor interacción entre los estudiantes, la prevención de criminalidad y el establecimiento de una cultura escolar más tolerante.
Lo anterior se sustenta en el poder sensibilizador que tiene el proponer buenos tratos, el ejercicio de la empatía y el comprometerse con causas tan elevadas como, por ejemplo, el combate al comercio de animales en peligro de extinción.
No obstante, ha quedado muy claro en esta ciudad colombiana que estas acciones se inscribirán dentro de la formación humana integral que pretende el currículo nacional para la educación básica. Por este motivo, se anticipa que otros departamentos y/o distritos de ese país se sumen a estas iniciativas.
¿Y el Perú?
En nuestro país, el Perú, este es un tema más que pendiente. Poco o nada se ha hecho por instaurar adecuadas disposiciones para con nuestras mascotas desde la escuela. En este panorama, nadie va a negar que las personas quieren a sus animales domésticos; sin embargo, en gran medida, los queremos mal o peor que antes.
La anormalidad parece haberse instalado en la mente de las personas que muchas veces ni siquiera se dan cuenta de que están maltratando a los seres vivos que consideran parte de sus familias. Muestra de ello es la cantidad de perros en las calles que, si bien tienen dueños, son lanzados a las vías públicas todos los días para que estén por ahí dando vueltas.
A lo anterior debemos sumarle que, para muchos es normal sacar a sus perros sin la correa respectiva o tenerlos en los techos por prolongados períodos de tiempo. Consideremos también que no garantizar sus vacunas y descuidar su alimentación (al darles huesos o comida en descomposición), implica ponerlos en riesgo. A esto se suma el abandono de perros y gatos en las calles cuando se enferman o cuando sus familias se “aburren” de ellos.
Efectos del descuido humano
Quizá los dos indicadores más visibles del descuido humano con respecto a los perros sean los casos de ataques –muchas veces con consecuencias fatales– contra personas de todos los grupos etarios (preferentemente en niños y niñas) y las cifras cada día más elevadas de rabia canina en departamentos como Arequipa, Puno y Cusco.
Ante esto, cabe recordar que en el Perú contamos con normativas y ordenanzas que regulan el cuidado de las mascotas (que ojalá se enseñen desde la más tierna edad en las escuelas) y el accionar correcto de las perreras municipales.
Lamentablemente, son muchas veces las propias organizaciones protectoras de los animales quienes descuidan la educación de la población en general y se oponen al imperio de la ley al boicotear el cumplimiento de la norma. Por esta razón, poco o nada, dicen con respecto al maltrato e insensibilidad de miles de personas que crían a sus perros en las calles.
Ante esta problemática, se considera que la escuela es el ámbito propicio para instaurar buenas disposiciones de cuidado, protección y atención para estos animalitos al interior de nuestras familias. Y, al mismo tiempo, se esperaría el desarrollo de marcos jurídicos, campañas de prevención y sanciones ejemplares (como en Holanda, donde no existen perros en las calles) para quienes incumplan lo estipulado.
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(*) Psicólogo Educacional URP y Doctor en Ciencias de la Educación de la PUC de Chile. Es profesor y Director del Área de Conocimiento en Psicología de la Escuela de Posgrado de la Universidad Continental.