En este artículo, analizamos la devolución parcial del IGV, mediante un sistema de puntos, como mecanismo para enfrentar la evasión tributaria en el Perú.
En el Perú, la evasión del Impuesto General a las Ventas (IGV) se debe, en gran medida, a la no emisión de comprobantes de pago o a la falsedad de su contenido. Esto provoca un crecimiento sostenido de la informalidad en el país, que trae consigo una baja recaudación tributaria.
Con el objetivo de frenar la evasión tributaria en el Perú, se han aplicado diversas medidas, como el control de comprobantes de pago, impuestos como el ITF, el suministro de información financiera a la SUNAT o la deducción de las tres UITs. Sobre este último, es necesario mencionar que tiene un escaso universo de aplicación, ya que solo aplica a contribuyentes que superen las 7 UIT al año.
Las herramientas mencionadas, si bien han funcionado parcialmente, no han solucionado la evasión que se presenta en sectores comerciales con alta tasa de informalidad. Debido a ello, últimamente se está apostando por el trabajo colaborativo entre SUNAT y los contribuyentes para fomentar el cumplimiento tributario.
Ante el panorama presentado, una medida colaborativa entre la SUNAT y los consumidores en general (sin discriminación) cuenta con un potencial importante para incrementar la recaudación. La idea propuesta es crear un incentivo de devolución del IGV a todos los consumidores que exijan su comprobante de pago electrónico.
De este modo, mediante un mecanismo de puntos, se puede hacer la devolución del IGV según la incidencia de evasión del sector, bien, servicio o lugar. Estos parámetros servirían para que los consumidores puedan obtener más puntos donde hay mayor evasión y menos donde la evasión es menor.
Los puntos por incentivos de devolución funcionan muy bien en el ámbito privado como estrategia para fidelizar a los consumidores. Esta misma visión se puede diseñar respecto del IGV para incrementar la recaudación.
A la fecha, la SUNAT ha centrado sus medidas más importantes en los contribuyentes formales; en especial, los principales contribuyentes, aquellos de quienes se obtiene la mayor cantidad de recaudación. Estas medidas son: fiscalizaciones cada año, suministro de información financiera, ITF, precios de transferencia, intercambio de información, convenios para evitar la doble imposición y acciones BEPS.
Sin embargo, para los medianos, pequeños y personas naturales se utilizan medidas como el ITF, acciones de control masivo con cartas inductivas, escasas fiscalizaciones (dado que se tiene un universo extenso de contribuyentes). Todas estas medidas solo llegan a un mínimo de contribuyentes. Así, en este sector existe una economía sumergida en la informalidad que no se puede controlar por los escasos recursos y la poca intervención de campo de parte de SUNAT.
En este escenario, ser aliado de los consumidores puede dar un resultado positivo, creando un incentivo para que exijan comprobantes de pago electrónico, mediante la devolución parcial del IGV. De este modo, se cierra en gran parte el foco de evasión que prolifera en el sector informal. Esta medida debe ser temporal y flexible.
El procedimiento para desarrollar la devolución del IGV mediante puntos a los consumidores requiere las siguientes características:
Lo importante es que el procedimiento debe ser flexible y acomodarse a los resultados que dará su aplicación, porque los focos de evasión se mueven o mutan según las acciones de la SUNAT.
Si bien el IGV, por su condición de impuesto indirecto, despersonaliza a los consumidores (pues es el vendedor o prestador del servicio el responsable de la retención mediante la entrega de un comprobante); se debe pensar en darle un rol protagónico al consumidor.
El trabajo colaborativo hace que los consumidores se sientan parte de la lucha contra la evasión del IGV. La cultura tributaria parte de hacer una costumbre en los ciudadanos el pagar tributos cumpliendo con lo más básico: exigir su comprobante de pago.
Ahora, si bien una iniciativa como la propuesta necesita en su primera etapa de incentivos como la devolución; en una etapa posterior se podría diseñar mapas de cumplimiento tributario, para que los ciudadanos puedan ver su aporte por zonas. Esto serviría también para que el Estado sea recíproco al momento de diseñar el presupuesto participativo.
En conclusión, la devolución parcial del IGV a los consumidores que exigen comprobante de pago mediante puntos acumulables al año resulta ser una medida factible de aplicar. Contamos ya con un antecedente: la devolución hasta tres UITs. Aunque, como mencionamos a inicios de este artículo, esta medida devuelve el IGV con topes y posee un universo de aplicación muy limitado, por lo cual los resultados son mínimos.
La medida planteada en este artículo involucra a todos los consumidores para que colaboren con la SUNAT y así pueda llegar a focos de evasión que no puede controlar actualmente. Una cosa es clara, el procedimiento que se aplique tendría que ser diseñado con mucho cuidado y con recursos humanos que lideren desde una división, como unidad interna.
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