Existe un consenso entre los analistas políticos acerca de la polarización política: es un factor de inestabilidad política. Incluso, autores como Giovanni Sartori y Giacomo Sani (1980) consideran que la polarización es mucho más peligrosa para una democracia que la misma fragmentación política. En este artículo analizaremos los efectos, tanto negativos como positivos, de la polarización política.
No cabe duda que la polarización es peligrosa para un sistema político; sobre todo cuando existen líderes demagógicos que, a través del discurso, polarizan a la sociedad en su conjunto (Levitsky y Ziblatt, 2018). En el Perú, tanto Keiko Fujimori como Pedro Castillo han sido claros ejemplos de liderazgos polarizantes.
La polarización revela la existencia de fisuras profundas, dificultades para formar consensos y una posible erupción de alternativas abocadas a deslegitimar el sistema político (Montes Pastor, 2021).
Asimismo, la polarización tiene efectos concretos sobre la dinámica de la competencia política. En los siguientes párrafos mencionaré cuatro efectos negativos de la polarización política recogidos de la obra de Giovanni Sartori (1983).
El primer efecto negativo de tener un sistema altamente polarizado es que en estos sistemas los actores políticos ven un terreno fértil para explotar sus prerrogativas institucionales enfocadas a derribar al adversario político.
El mal uso de este tipo de prerrogativas institucionales es claro si analizamos el Perú de las cuestiones de confianza y de las vacancias presidenciales. Ambos mecanismos son permitidos por la Constitución, pero están enfocados no en la competencia, sino en la destrucción del contrincante político.
El segundo efecto negativo de la polarización es la prevalencia de los impulsos centrífugos sobre los centrípetos. Esto significa que en los sistemas polarizados el centro pierde fuerza y la política tiende a alinearse en torno a los extremos en detrimento del centro.
El tercer efecto negativo es que en los sistemas polarizados la competencia política se centra en el ofrecimiento de políticas de súper oferta. ¿Cuántas veces hemos visto a candidatos prometer el oro y el moro con tal de captar nuevos votantes?
Finalmente, el cuarto efecto negativo de la polarización política es que en sistemas altamente polarizados es más fácil que ingresen en escena actores políticos antisistema. En efecto, la emergencia de Pedro Castillo como alternativa antisistema no hubiera sido posible en un contexto con bajos niveles de polarización política.
No todo es blanco y negro, siempre hay matices. En este sentido, la polarización política ha sido estudiada por algunos autores por sus efectos positivos. Así pues, la polarización política energiza al electorado fomentando la participación y el interés político de la ciudadanía (Abramowitz y Saunders, 2008).
Si hace unos años el problema del Perú era que la sociedad se hallaba políticamente inmóvil, hoy no sería válido afirmar el mismo argumento. La sociedad peruana está más involucrada en la política y este es un efecto positivo de la polarización.
Muy pocas veces se da cuenta de este efecto positivo, pero es importante entender la polarización no solo como problema, sino también como posibilidad. Ahora tenemos una sociedad más politizada y los próximos gobiernos tendrán la tarea de despolarizar la sociedad sin despolitizarla.
Finalmente, es importante recordar que analizar las dinámicas políticas y sociales que tienen lugar en el territorio ―como la polarización política― es esencial para que un gobierno responda adecuadamente a los desafíos y necesidades de la población. El Doctorado en Gobierno y Administración Pública de la Escuela de Posgrado de la Universidad Continental incluye asignaturas como "Análisis socioeconómico nacional y articulación con el entorno" y "Buen Gobierno y análisis institucional", orientadas a prepararte para lograr este propósito.
Referencias:
(*) Maestrando en Filosofía por la Universidad Nacional de Quilmes y Licenciado en Ciencia Política por la Universidad de Buenos Aires.