Desde conocimientos ancestrales hasta manifestaciones artísticas y conocimientos sobre el aprovechamiento sostenible de los recursos naturales, la diversidad cultural que existe en el Perú desemboca en una amplia gama de visiones y perspectivas que enriquecen todo lo que hacemos. En el país existe una serie de políticas y normas dirigidas a garantizar un enfoque intercultural en las organizaciones públicas y privadas; sin embargo, la brecha de la desigualdad aún es amplia y se encuentra enraizada en nuestra sociedad. Por ello es válido formularnos dos preguntas al momento de hablar de enfoque intercultural.
La Política Nacional nos indica que para la transversalización del enfoque intercultural : “la interculturalidad desde un paradigma ético-político parte del reconocimiento de las diferencias culturales como uno de los pilares de la construcción de una sociedad democrática, fundamentada en el establecimiento de relaciones de equidad e igualdad de oportunidades y derechos.
El enfoque intercultural implica que el Estado valorice e incorpore las diferentes visiones culturales, concepciones de bienestar y desarrollo de los diversos grupos étnico-culturales para la generación de servicios con pertinencia cultural, la promoción de una ciudadanía intercultural basada en el diálogo y la atención diferenciada a los pueblos indígenas y la población afroperuana.”
Respecto a esta pregunta la encontramos más fácilmente, en lo que representa la diversidad cultural en el Perú: 55 Pueblos originarios: 51 en la Amazonía y 4 en los Andes. Ellos habitan en 9,385 comunidades .
De dichas comunidades, 2,703 son nativas que acogen a más de 400,000 personas que pertenecen a 44 pueblos originarios y se distribuyen a lo largo de 11 departamentos.
Las comunidades más numerosas son las 6,682 campesinas, que se distribuyen en 23 departamentos y albergan a más de 3 millones de personas.
También debiéramos señalar que, en el censo del INEI de 2017, se formuló al ciudadano una pregunta, por la cual 5’771,885 personas se autoidentificaron como pertenecientes a un pueblo indígena u originario de los Andes. Esta cifra equivale al 24.9% de la población censada mayor de 12 años. La población afroperuana también es representativa, sólo aquella, que en el último censo se autoidentificó como tal, asciende a 828,894 pobladores, cerca del 3.6% del total censada mayores de 12 años. La población afroperuana está distribuida principalmente en los departamentos de la costa y selva del país. Debemos añadir que ambos grupos, son excluyentes de la raza blanca, mestiza u otra, que superan los 16 millones de personas.
A lo largo de nuestra historia, otras culturas, principalmente la china y la japonesa también han llegado a asentarse en el país, muchas de las cuales han mantenido sus tradiciones a pesar de los años transcurridos.
Y si hablamos de biodiversidad, en el territorio peruano se encuentran ocho regiones naturales y 23 de los 29 microclimas que existen en el mundo, esta biodiversidad influye en la población, incidiendo en su forma de vida, su trabajo, su vivienda y hasta en sus costumbres.
En conclusión, como dijo José María Arguedas: “No, no hay país más diverso, más múltiple en variedad terrena y humana; todos los grados de calor y color, de amor y odio, de urdimbres (intrigas) y sutilezas (astucias), de símbolos utilizados e inspiradores”. Por ello y respondiéndonos a nuestra segunda pregunta, debemos de introducir en la formulación e implementación de las políticas públicas, el enfoque intercultural que permita su adecuación a los diversos grupos de ciudadanos que responden a realidades culturales y territoriales distintas.
Pero la diversidad cultural no es la única razón para introducir el enfoque intercultural en la gestión pública. Los resultados de la Encuesta Nacional: Percepciones y actitudes sobre diversidad cultural y discriminación étnico-racial no han sido buenos.
Respecto a la afirmación central del gráfico, que señala que, “en el Perú sería mejor que todos tuviesen las mismas costumbres”, vemos alta, la conformidad de los encuestados amazónicos y andinos en un 34% y 40% respetivamente, y ya debería preocuparnos. Sin embargo, las conformidades categóricas a la tercera afirmación (extremo derecho del gráfico) por parte de los encuestados andinos 28%, amazónicos 32% y afroperuanos 33%, nos revelan el drama que encierra su conformidad a que “los hijos no deberían seguir las costumbres de sus padres para evitar ser discriminados o excluidos”. Imaginémonos el sufrimiento por la discriminación, padecida por los padres encuestados, que para evitar que sus hijos sufran lo mismo, prefieren sacrificar sus tradiciones y costumbres ancestrales.
Quizás los dos siguientes gráficos nos ayuden a explicar mejor el drama descrito:
Casi el 60% de los encuestados, refieren que las poblaciones más discriminadas son la amazónica, la andina y la afroperuana. La principal causa de la discriminación es “el ser diferente”, 28% de los encuestados señalan como principal causa, el color de la piel.
Según la encuesta, los principales ámbitos donde se expresa la discriminación son los hospitales y las comisarías, pero también está el bullying en todo centro de estudios.
Creo que ahora puede estar un poco más claro, el porqué de las respuestas de la encuesta de percepción y actitudes sobre discriminación, y también, la respuesta a nuestra segunda pregunta: porqué tendríamos que introducir el enfoque intercultural en las políticas públicas peruanas.
Esta violencia que observamos en la discriminación étnica racial, también se aprecia en las manifestaciones de los conflictos sociales que se generan a lo largo del territorio nacional, principalmente en las áreas de concesiones mineras e hidrocarburos, sin embargo, vamos a dejar ello para un siguiente artículo.
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