Desde este espacio creemos que la ciudad es la solución, inclusive para afrontar de mejor manera situaciones tan críticas como la que nos toca vivir.
Muchas cosas van o deben cambiar en el día a día, desde cualquier visión o enfoque. Los que toman decisiones en el quehacer de nuestras ciudades tienen, por tanto, mucho por hacer, mucho por innovar.
Un tema central en el desarrollo de ciudad, es el transporte urbano. Todos tenemos claro que nuestro tráfico es un caos, es así en las principales ciudades de nuestro país. Como muestra, Lima ocupa el puesto 7º en congestión urbana según el Traffic Index 2019 de TOMTOM, que evalúa 416 ciudades de 57 países del planeta.
Las medidas restrictivas para el transporte púbico, impuestas para enfrentar el COVID – 19, han sido muy difíciles de aplicar en un “sistema” de transporte cargado de informalidad, de colectivos, combis piratas, taxis sin permiso y mototaxis. Restringir horarios de circulación, que las personas solo vayan sentadas en buses, que dejen espacios vacíos entre sí, se hace muy complicado.
Solo como líneas generales, señalamos algunas ideas que consideramos básicas para repensar el transporte público en nuestras ciudades:
En esta obligación por innovar, hablaremos de una experiencia original y notoriamente exitosa en transporte urbano, que no nos va trasladar imaginariamente a un país europeo, asiático, ni a los Estados Unidos, sino a un vecino del sur, que no es Chile como podrían estar pensando, miraremos a Bolivia.
Mi Teleférico, es un espectacular sistema de transporte por teleféricos urbanos, que une las ciudades de La Paz, El Alto y Oruro. Inició operaciones en mayo 2014, con tres líneas, hoy cuenta con diez y transporta a 300 mil pasajeros al día, todo esto como parte de la ambiciosa Red de integración Metropolitana – RIM.
La Paz y el Alto, ciudades conurbadas que en suma alcanzan los dos millones de habitantes, adolecían de problemas muy parecidos a los nuestros, un sistema de transporte púbico deteriorado y desorganizado, conformado por buses, pequeños vehículos, vías congestionadas, cada vez con mayor pérdida de tiempo para los ciudadanos.
Se preguntaron como mejorar la calidad de vida de la población, evaluaron los BTR -Bus Rapid Transit- como el Metropolitano-, trenes, metros elevados. En el análisis comparativo apostaron por los sistemas de cables, como lo señaló César Dockweiler, el entonces Gerente Ejecutivo de la empresa estatal boliviana operadora del sistema, luego de recibir el LATAM Smart City Award, en la Categoría de Desarrollo Sostenible y de Movilidad.
Podría pensarse que este sistema funciona solo por estar en ciudades con una topografía complicada, entre muchos cerros, lo cual ya vendría bien para muchos distritos de la nueva Lima y para todo el país en general, pero no es así. Si bien en su concepción ello jugó un papel importante en la decisión de optar por este sistema, funciona en zonas de la Paz totalmente planas, como las que conducen al aeropuerto, señala Dockweiler.
Comencemos por el costo, solo a modo de comparación, la línea 2 (con ramal de la línea 4 al aeropuerto) del Metro de Lima, en construcción, según propuesta económica (no es la cuenta total, que la sabremos al final) es de 5,300 millones de dólares, por 35 km. de recorrido, nos da a 151.5 millones el km. La línea 2 debió estar lista en el 2019, ahora dicen que estará a finales del 2021, los problema para su construcción han sido muchos.
En la red de teleféricos urbanos boliviana se ha invertido poco más de 20 millones de dólares por km, sumando el ahorro de no usar ni las vías subterráneas, ni la superficie, sino los aires.
En este sistema no se requieren expropiaciones, que es el gran problema que afrontan las obras de infraestructura vial en nuestro país, culpables del retraso o en muchos casos que el proyecto se caiga, primero, porque se requiere de una Ley; segundo, por los problemas de saneamiento físico legal; y tercero, al momento de fijar el “justiprecio” este se elevó radicalmente, ante la venidera importante obra.
Es un sistema amigable con el medio ambiente sin emisiones e inclusivo, por las facilidades que presta para las personas con discapacidad. Al estar en el aire no compite con los vehículos privado, ni el transporte público en buses o trenes, se complementa, dentro de esa “multimodalidad” necesaria. Todos van sentados, evita las conglomeraciones en las estaciones, pues no tienen que esperarse el vehículo, la cabina espera al pasajero.
Capta mucha mano de obra para su funcionamiento, por la necesidad de personal, tanto para operadores, orientadores, entre otros, y en los propios servicios y comercios que se desarrollen en sus estaciones, que en nuestra realidad podrían dejar la actividad informal, favoreciendo a una reconversión laboral positiva.
Las estaciones de los teleféricos merecen un punto aparte, por su aporte a la ciudad, su inserción permite crear puntos con gran potencial de interacción urbana.
Las estaciones de los teleféricos bolivianos se han convertido en centros urbanos con vida propia, desde la edificación se genera un impacto positivo, mejorando el aspecto urbano, hasta permitir el desarrollo cultural en áreas especialmente diseñadas para ello, con programas culturales creados para acompañar su actividad principal, se da muy buen uso a su infraestructura.
En las estaciones bolivianas se cuenta con estacionamientos para bicicletas, lo que permite el desarrollo de la movilidad sostenible, tan promovida pero carente de mucha infraestructura que la haga viable.
A esta ventajas se le puede agregar espacios con puestos de auxilio policial, convirtiéndolas en puntos seguros para protección y atención al ciudadano, para efectuar denuncias de violencia familiar entre otros, evitando el desplazamiento hacia, en muchos casos, la única comisaría del distrito.
Las estaciones se convierten en zonas con componentes de una smart city. Áreas WIFI, servicios municipales y de gobierno digital, con centrales de atención al ciudadano para todo tipo de trámites, cumpliendo con acercar al Estado, evitando el desplazamiento.
Un sistema que en nuestro país podría llevar calidad de vida, justamente a las zonas dónde la informalidad se ha institucionalizado.
En el Perú el primer, y único, teleférico, es de tipo turístico, conecta la Fortaleza de Kuélap con el pueblo de Nuevo Tingo en la ceja de nuestra selva. Cruza a 60 mentros sobre el río Tingo y cubre una distancia total de 4 kilómetros, que se recorren en aproximadamente 20 minutos. Es una atracción en si misma y facilita el acceso a la maravillosa e impresionante herencia que nos dejaron los Chachapoyas.
En Lima no se ha logrado, a pesar de varios intentos, el teleférico turístico para el Cerro San Cristóbal, acabó sin nacer en el 2014, la “tramitología” pudo más, no se lograron los permisos del Ministerio de Cultura, los plazos vencieron y Lima despertó del viejo sueño del teleférico. Ni un teleférico turístico puede ofrecer la capital a sus visitantes.
El ex Presidente Humala en su discurso presidencial por 28 de julio del 2015, prometió un teleférico para el transporte urbano, se ejecutaría en distrito de El Agustino, se instalaría en un complejo de vivienda de interés social, con un gran parque. Finalmente todo quedó en el papel, el proyecto se archivó.
Jorge Muñoz Wells, Alcalde de Lima, tiene en sus planes los teleféricos, con el objeto de unir la línea 1 del Metro con el Metropolitano y retomar el de El Agustino.
Sin duda, es muy bueno que la principal autoridad de la capital tenga en mente los teleféricos, para una solución específica en algunos puntos de la ciudad, pero por qué no, desde el saque, pensar un proyecto como el boliviano, una red de teleféricos urbanos, diseñada por líneas y de crecimiento por etapas.
Las bondades de este sistema son muchas, más aún para las zonas que tienen menor acceso a un trasporte digno y a la formalidad, integrándose a los corredores viales, los BTR y el Metro de Lima, que se complementarían en una plataforma multimodal, y en general para muchas ciudades de nuestro pais.
Un sistema de transporte eficiente es esencial para la calidad de vida de los habitantes de una ciudad, ¿quieres conoces más sobre nuestro proyecto y cómo trabajar por una ciudad con la que todos soñamos?. Ingresa aquí.