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Según mandato constitucional, el Estado peruano tiene un rol de promotor y orientador de la inversión privada con la finalidad de generar dinamismo en la economía nacional. En ese contexto, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) es el encargado de ejecutar las políticas públicas para promover la inversión de los privados en el Perú. Sin embargo, ¿Qué tan importante es la inversión privada para el desarrollo de la economía nacional y del país? Así lo explica el profesor Ricardo Campins.
“La inversión privada es el componente más importante de la inversión en el país. La inversión privada es cuatro veces el tamaño de la inversión pública, es decir representa el 80% de toda la inversión de cada periodo anual en el Perú. Si la medimos en relación al PBI, la inversión privada está alrededor del 18% del PBI, lo cual es una cifra bien importante”, sostiene Campins.
Obras por Impuestos (OxI)
Este mecanismo se creó hace casi 10 años a través de la Ley N° 29230 y es una forma mediante la cual las empresas hacen el pago del Impuesto a la Renta. En lugar de pagar los impuestos en efectivo, se ejecuta un proyecto de obra pública en alguna localidad municipal o regional sin que implique una inversión del Estado. Las empresas solo pueden utilizar este mecanismo con cargo hasta por el 50% del total de su impuesto a la renta.
“En el caso de Obras por Impuestos, Proinversión actúa como un asesor para gobiernos regionales, locales. Estos proyectos representan cifras relativamente pequeñas. Por ejemplo, en el 2017 se ejecutaron obras por 950 millones de soles. Este mecanismo permite ejecutar muchos proyectos de montos relativamente pequeños”, explica el profesor Campins.
El mecanismo de Obras por Impuestos se puede ejecutar en diversos sectores como educación, salud, agua y saneamiento, deportes, habilitación urbana, incluso justicia y defensa. En el 2017, las regiones que más se han visto beneficiadas son Piura, Arequipa, Áncash, La Libertad, entre otros.
Asociaciones Público Privadas (APP)
El mecanismo de mayor importancia en la canalización de la inversión privada para infraestructura pública es el modelo de Asociaciones Público Privadas (APP). El profesor Campins explica que Perú es uno de los países que mejor ha aplicado este sistema en América Latina con inversiones de gran envergadura como es el caso del Gasoducto del Sur, adjudicado por US$ 5.000 millones en primera instancia, la Línea 2 del Metro de Lima, que representa también US$ 5.000 millones, entre otros proyectos.
“Son de mucho mayor magnitud y el potencial de movilización de recursos y de impacto en la economía de esa inversión privada es mucho mayor. Por ejemplo, el caso del gasoducto del sur, los puertos, aeropuertos, carreteras. Son cientos de millones de dólares en la mayoría de los casos. Pro-Inversión es el estructurador financiero estos proyectos básicamente”, comenta el profesor Campins.
Las APP son una definición general del contrato entre el sector público y privado que se puede ejecutar en diferentes modalidades como concesión, operación, gerencia, joint venture u otra permitida por la ley.
“Las APP promueve proyectos para que sean los privados para que hagan la construcción operación, mantenimiento de los proyectos licitados. Con este mecanismo se logra atraer inversión privada en los proyectos de interés público y para beneficio del público”, explica el profesor Campins.
Los retos en la promoción de la inversión privada
El Foro Económico Mundial (WEF) analiza a 63 países a través de 12 importantes pilares y luego emite su ranking de competitividad. En el ránking del 2018, Perú alcanzó la posición 54, lo cual revela que hay muchos retos por trabajar. El profesor Campins explica cuáles son algunos de ellos.
“Según el WEF, consideran que la calidad de los funcionarios públicos consideran que es bastante ineficiente y es un obstáculo para hacer negocios. La corrupción es otro obstáculo importante para hacer negocios, las regulaciones laborales e impositivas, la inadecuada infraestructura. El país tiene mucho trabajo por hacer”, comenta.
Sin embargo, agrega que la aparición de programas de posgrado para la formación de funcionarios públicos “es una muy buena señal” que permitirá enfrentar los retos pendientes. “En la medida que podamos formar mejor gente para la gestión pública vamos a tener una burocracia pública más comprometida, competente y eficiente”, finaliza el profesor Campins.
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