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Durante años, la investigación legal fue sinónimo de pilas de expedientes, bibliotecas físicas y horas interminables buscando jurisprudencia. Hoy, aunque el rigor intelectual se mantiene intacto, las herramientas han cambiado radicalmente. Estamos en la era del Legaltech.
A estas alturas, es probable que ya hayas interactuado con ChatGPT. Sin embargo, en el ámbito académico y de alta especialización, quedarse solo con el chat básico es como usar una calculadora científica solo para sumar. La inteligencia artificial, bien aplicada, potencia la capacidad analítica del jurista.
A continuación, detallamos tres herramientas que debe dominar todo investigador jurídico en la era de la IA:
1. NotebookLM: tu biblioteca jurídica con cerebro propio
Uno de los mayores riesgos de la IA genérica son las "alucinaciones" (inventar datos). Para un investigador o litigante, un dato falso es inaceptable.
Aquí entra NotebookLM de Google. A diferencia de un chat abierto, esta herramienta te permite cargar tus propios documentos (PDFs de sentencias, tesis, normativas, tus propios apuntes) y crea una IA que responde basándose estrictamente en esa información.
¿Para qué sirve en Derecho? Imagina cargar 50 artículos académicos y 10 sentencias sobre un tema complejo. Puedes pedirle a la herramienta que encuentre las contradicciones entre los autores, que genere una cronología de los fallos o incluso que genere un podcast resumiendo los puntos clave para que los escuches mientras te desplazas.
2. Gemini y los Gems: clona tu mejor versión profesional
La versión avanzada de Google Gemini ofrece una funcionalidad crítica para el abogado ocupado: la capacidad de crear Gems o asistentes personalizados.
En lugar de escribir un prompt (instrucción) largo cada vez que necesitas algo, puedes configurar un Gem con una personalidad, conocimientos y restricciones específicas.
¿Para qué sirve en Derecho? Puedes crear un asistente llamado "Analista de Derecho Procesal" al que ya le has cargado las reglas de litigación oral, o un "Editor Académico" que revise tus borradores asegurando que cumplan con el tono y formato de una revista indexada. Configuras la herramienta una vez y se convierte en un miembro permanente de tu equipo digital.
3. Google AI Studio: creando soluciones legales sin saber programar
Esta es quizás la frontera más innovadora. Hasta hace poco, crear una aplicación requería un equipo de ingenieros. Hoy, herramientas como Google AI Studio permiten a los abogados estructurar flujos de trabajo lógicos que funcionan como aplicaciones, sin escribir código complejo.
¿Para qué sirve en Derecho? Un investigador podría diseñar un sistema que analice automáticamente si un texto cumple con ciertos criterios de constitucionalidad predefinidos, acelerando el análisis de cientos de documentos. Es el paso evolutivo del abogado-lector al abogado-arquitecto de soluciones.
Del dominio tecnológico a la excelencia académica
Como hemos visto, la Inteligencia Artificial está pasando de ser una curiosidad tecnológica a convertirse en el motor de la investigación doctoral y profesional de alto nivel.
Este artículo resume las herramientas clave presentadas por Eddy Adolfo Giraldo Jiménez en la conferencia “Tendencias actuales y desafíos emergentes en la investigación jurídica”. Si deseas ver una demostración en tiempo real de estas herramientas, puedes ver el video completo aquí.
El uso de Chat GPT, Gemini o NotebookLM no sustituye el criterio jurídico; lo amplifica. Cuando la IA se encarga de resumir, organizar y contrastar datos en segundos, tú recuperas lo más valioso: el tiempo para pensar, argumentar y proponer nuevas teorías.
¿Estás listo para llevar tu capacidad de análisis al máximo nivel? En el Doctorado en Derecho de la Escuela de Posgrado de la Universidad Continental, no solo formamos investigadores rigurosos; preparamos a los líderes jurídicos capaces de utilizar estas nuevas tecnologías para generar conocimiento que transforme la práctica legal y la sociedad.
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