En estas últimas semanas, y a propósito del proceso electoral, se ha estado discutiendo mucho acerca del Reporte de Movilidad Social[1] que, junto con otras variables macroeconómicas, es un factor clave para determinar el bienestar en un país determinado. La movilidad social mide que tanto los hijos de padres pobres pueden dejar de serlo, lo cual tiene un profundo impacto en la reducción de la pobreza y la desigualdad.
El caso del Perú
Debemos señalar, en primer lugar, que el Perú no se encuentra bien ubicado en este ranking (puesto 66) siendo necesario mejorar ostensiblemente en diversos aspectos que están señalados en el referido reporte. Se requiere una sustancial inversión pública en salud, educación, condiciones de trabajo y protección social. Ahora, eso no quiere decir que no tengamos movilidad social en el país, pero ella es bastante limitada.
De hecho, si vemos el desagregado contenido en el reporte, notamos las deficiencias existentes en los diversos rubros. En particular, no es novedad los problemas que hay en materia de salud pública. El ranking materia de análisis nos pone en el puesto 56 de los países evaluados en el reporte, y con un puntaje bastante bajo, muy lejos de los países más avanzados en esta materia, dificultades que hemos notado claramente durante la pandemia.
En materia de educación, lo más preocupante es nuestra posición 72 en calidad y equidad de aquella (Education Quality and Equity), que mide por ejemplo la cantidad de alumnos/as por profesor/a que existe en los diferentes niveles educativos, así como la diversidad social en los colegios, entre otros importantes criterios útiles para determinar que tan buenos son los resultados que se obtienen en la educación básica en el país.
Otros aspectos importantes se notan en materia laboral. En particular, destaca nuestra posición 59 en la distribución del salario justo o decente (Fair Wage Distribution); así como en las condiciones de trabajo (Working Conditions) donde ocupamos el puesto 76. Ello tiene relación directa con la elevada informalidad laboral que existe en nuestro país, que genera estas deficiencias y que es necesario corregir, como veremos más adelante.
Finalmente, otro pilar inquietante observado en el reporte es el relativo a la protección social (Social Protection), donde estamos en el puesto 72 de los países evaluados. Este indicador mide un conjunto de aspectos, varios de los cuales no tienen un puntaje (score) determinado en el caso de nuestro país. En este punto las dificultades son también notorias, en especial si las comparamos con el resto de países que forman parte del Reporte.
Gestión Pública eficiente
Lo más interesante del reporte es que muestra que los países que están en los primeros puestos de este ranking muestran dos importantes características, que desafortunadamente no poseemos debidamente: La primera, una gestión pública eficiente que permite invertir en salud, educación, entre otros importantes ámbitos, que incluyen eliminar la violencia familiar y de género.
Como ya hemos señalado anteriormente, la reducción de la desigualdad requiere de una gestión pública eficiente[2]. Ello porque se requiere una mayor inversión en salud, educación, infraestructura, entre otras importantes materias. Como es evidente, una mayor movilidad social permite reducir la desigualdad puesto que las personas que nacen en un hogar pobre dejan de serlo como resultado de la generación de oportunidades de crecimiento, producto justamente de la inversión social.
El problema de los países que se encuentran rezagados en el reporte reside en la falta de eficiencia en el empleo de los recursos existentes y la dificultad de generar recursos adicionales para la inversión social. Pero además, hay que tener en cuenta que varios de los indicadores o pilares no dependen tanto de los recursos existentes sino de la gestión de los servicios. Por ejemplo, en materia laboral la informalidad se puede corregir a través del empleo de políticas públicas que no requieren una inversión elevada de recursos sino más bien de una implementación eficiente.
Economías de mercado
La segunda característica de dichos países es que todos son economías de mercado, con una elevada libertad económica como lo indica el famoso índice Heritage[3], al cual hemos aludido de manera reiterada en publicaciones anteriores. En particular, entre los diez primeros puestos del Reporte materia de análisis, tenemos que Dinamarca está ubicada en el puesto 10 del referido índice, Noruega en el puesto 28, Finlandia en el puesto 17, Suecia en el puesto 21, así como Islandia, que está en el puesto 11 del índice de libertad económica.
Asimismo, tenemos a los Países Bajos en el puesto 16 del índice Heritage, Suiza en el puesto 4 (el país mejor ubicado entre los diez primeros de este importante reporte), Bélgica en el puesto 37 (que sería el país peor ubicado de los diez primeros), Austria en el puesto 25 y Luxemburgo en el puesto 18. Como lo hemos señalado anteriormente, el Perú se encuentra en el puesto 50 del índice de libertad económica, siendo necesario mejorar ostensiblemente si queremos tener un mayor bienestar.
Por otro lado, si vemos los primeros puestos del Índice Heritage, notaremos que se encuentran bien posicionados en el Reporte de Movilidad Social. Singapur se encuentra en el puesto 20, Nueva Zelanda en el puesto 22, Australia en el puesto 16, Suiza en el puesto 7, Irlanda en el puesto 18, Reino Unido en el puesto 21, Estonia en el puesto 23, Canadá en el puesto 14 , Dinamarca en el puesto 1 (el país mejor ubicado en el reporte entre los primeros del índice Heritage) e Islandia en el puesto 11. Es preciso señalar que Taiwan no figura en el Reporte dada su particular situación internacional.
Existen varias razones por las cuales se requiere de una economía de mercado saludable para la movilidad social y la reducción de la desigualdad[4]. La primera, que en economías de mercado existe una mayor inversión privada como resultado de la mayor libertad económica, que a su vez genera mayores ingresos tributarios que son necesarios para una mayor inversión social, como se señala con reiterada frecuencia, y como ya lo hemos señalado en una publicación anterior[5].
Asimismo, un mayor crecimiento económico, derivado a su vez de la mayor libertad económica, origina una mayor demanda de puestos de trabajo, lo cual permite generar mejores condiciones de trabajo. Ello implica, como lo hemos señalado líneas arriba, luchar contra la informalidad laboral a través de políticas públicas eficientes[6], las cuales implican un nivel de inversión de recursos que no es especialmente elevada, contrariamente a lo que se supone.
Algunos ejemplos concretos
Tenemos entonces el ejemplo de Dinamarca, en el primer lugar del Reporte, que como hemos señalado se encuentra en el puesto 10 en el Índice de Libertad Económica. Y no se encuentra más adelante en el ranking puesto que muestra índices relativamente bajos en materia de tamaño del estado (goverment size) y en particular en lo que corresponde al gasto público. Situación similar se observa en el caso de Noruega, país que podría además tener una mayor libertad financiera sin que ello afecte la inversión social, generando una mejor posición en el índice Heritage.
Suiza es el país mejor ubicado en ambos rankings. Se encuentra en el puesto 7 en el Reporte, mientras que está el puesto 4 en el índice Heritage. Si vemos sus indicadores, notaremos que el pilar en el cual se encuentra más rezagada es en calidad y equidad de la educación (Education Quality and Equity) en el puesto 20, que puede mejorar de manera ostensible a través de una adecuada inversión en la materia, sin afectar su elevada libertad económica.
¿Quieres profundizar tus conocimientos en derecho administrativo? Lleva tus conocimientos y perfil profesional al siguiente nivel con nuestra Maestría en Derecho Administrativo Económico.
[1]http://www3.weforum.org/docs/Global_Social_Mobility_Report.pdf
[2]https://blogposgrado.ucontinental.edu.pe/propuestas-para-la-lucha-contra-la-desigualdad-en-el-peru
[3]https://www.heritage.org/index/ranking
[4] Sobre el particular. Jaramillo, Miguel y Saavedra, Jaime - Menos desiguales: la distribución del ingreso luego de las reformas estructurales. Lima: GRADE, 2011.
[5]https://blogposgrado.ucontinental.edu.pe/propuestas-para-la-lucha-contra-la-desigualdad-en-el-peru
[6] BELAPATIÑO, Vanessa, GRIPPA, Francisco y PEREA, Hugo – Perú | Informalidad laboral y algunas propuestas para reducirla. Lima: BBVA Research, enero 2017, p. 10.