Las evaluaciones económicas permiten incorporar los conceptos de eficiencia y eficacia en la gestión integral de los recursos, analizar los procesos y los costos de producción y evaluar los resultados obtenidos de un modo efectivo
Sin bien el derecho a la salud es fundamental, no es posible que los hospitales puedan cubrir integral y universalmente los gastos de todos los pacientes basándonos en el presupuesto destinado a servicios de salud público (3 % del PBI interno). Según palabras de los economistas: “los recursos son limitados y las necesidades ilimitadas”.
Aunque el interés sea cumplir con esta cobertura universal, es inviable, y por ello se realizan evaluaciones económicas aplicadas al campo del sector salud para facilitar la toma de decisiones y optimizar recursos basándose en la relación causa y efecto.
La Dra. Romina Tejada, Investigadora de UNAGESP (Unidad de Análisis y Generación de Evidencias en Salud Pública), participó como ponente en la primera Jornada de Investigación en Gestión Pública: “Generando evidencias de impacto social en el país” organizado por la Universidad Continental, el 12 y 13 de diciembre.
Con el propósito de instalar un espacio sistemático de sinergia entre investigadores y desarrolladores de políticas pública, en este espacio se discutió sobre diferentes resultados de trabajos de investigación desarrollados en la Escuela de Posgrado de la Universidad Continental para resolver diferentes problemas de impacto social.
En esta jornada, Tejada, definió la evaluación económica como un conjunto de procedimientos y técnicas de análisis dirigidos a evaluar el impacto de las opciones o cursos en acción alternativas sobre el bienestar de la sociedad.
Estas evaluaciones económicas en salud, tienen relación en los costos y efectos, y a su vez, busca identificar y hacer explícitos un conjunto de criterios que pueden servir para la toma de decisiones.
Decisiones que son tomadas generalmente por el financiador; sin embargo, existen factores sociales, éticos y culturales que hay que tener en cuenta en la aplicación.
Mientras que la perspectiva del financiador se centran en la productividad perdida, la perspectiva social incluye los gastos de una familia, es decir, esta perspectiva incluye un mayor enfoque en la ayuda global.
Finalmente, las evaluaciones económicas ayudan a los decisores a primar la racionalidad y maximizar la eficiencia de los gastos tomando en cuenta la necesidad, la equidad, la consideración del proceso de atención y la ética.
Sin un análisis sistemático es difícil identificar alternativas relevantes con claridad, por ende, ayuda a articular toda la información disponible para hacer elecciones y juicios de valor, que son inevitables en la toma de decisiones.
La correcta medida de los beneficios será vital, según Romina Tejada, pues de ella dependerá la calidad final del estudio.
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