En la primera parte, expusimos la caracterización del régimen político peruano, y su desarrollo constitucional y legal, enfatizando la crisis de representatividad existente, que, en opinión de la autora, es la responsable de la necesidad de las reformas que aquí se proponen. En esta entrega, continuaremos analizando las reformas que necesita el régimen político peruano partiendo con las ya efectuadas junto con algunas ideas propias.
Sobre las reformas políticas efectuadas, las he dividido en dos momentos clave, el primero tras la caída del gobierno de Alberto Fujimori, y el segundo más reciente, previa a la vacancia presidencial de Martín Vizcarra.
De acuerdo al Informe elaborado por la Comisión de Alto Nivel para la Reforma Política (2019), a inicios del año 2000, se llevaron un conjunto de reformas institucionales y políticas con la finalidad de fortalecer la democracia en el país, pese a ello, el efecto no fue el deseado.
Se realizaron reformas “aperturistas”, que pretendían la desconcentración del poder con un sistema más participativo sin embargo de difícil implementación, lo que supuso reformas meramente legales, pero poco efectivas y un progresivo debilitamiento en el sistema de partidos.
Por otro lado, desde el año 2018, Martín Vizcarra propuso una serie de reformas, entre las más recientes, tenemos las referidas a la paridad y alternancia, aprobada el 23 de julio, a través de la cual se dispone que en la fórmula presidencial (presidente y 2 vicepresidentes), se incluya a una mujer, y/o a un hombre como mínimo; por su parte, en las listas del congreso, y parlamento andino, deben ser integradas por el 50% de mujeres y hombres, respectivamente, de manera intercalada, extendiendo estas disposiciones normativas a los tres niveles de gobierno, con sendas modificaciones a la legislación sobre la materia.
Asimismo, dentro de este último paquete de reformas políticas, se ha contemplado la creación del distrito electoral 27, a través de la Ley 31032, para los peruanos residentes en el exterior, asignando para estos propósitos, dos escaños del parlamento, que serán descontados de los 36 que tiene el distrito electoral de Lima.
Encontramos también las reformas que añaden impedimentos para la postulación de candidatos, aprobado a través de la Ley N° 31042, Ley de Reforma Constitucional que incorpora el artículo 34-A y el artículo 39-A sobre impedimentos para postular a cargos de elección popular o ejercer función pública.
Finalmente, la última reforma que he considerado de las ya aprobadas, es la referida al financiamiento de los partidos políticos, en donde se establecen nuevos topes y multas por omisión de la presentación de los informes de ingresos y egresos previos y durante las campañas electorales y la creación de un portal digital de financiamiento una ventana de “transparencia” para legitimar a las agrupaciones que cumplan con estas medidas.
Las propuestas que he desarrollado, intentan desde dos planteamientos, uno axiológico, valorativo y de sentido común; y el otro, desde un aspecto formal a través de reformas en el más alto nivel jerárquico normativo, reducir la brecha existente entre la clase política y la ciudadanía:
Fortalecer la legitimidad del Sistema de Partidos, a través de mecanismos formales y materiales que permitan a las organizaciones políticas adaptarse a las nuevas necesidades del electorado.
Formación y participación en la cosa pública por parte de líderes y militantes de los partidos políticos, lo que es necesario y se desprende de la primera propuesta.
Fomentar el diálogo entre la ciudadanía y la clase política, reconociendo que las sociedades han cambiado y la política debe obedecer al nuevo contexto histórico y social, lo que los científicos de la política han denominado e-democracy, o democracia digital.
Distritos individuales para elegir parlamentarios, siendo necesario modificar los distritos electorales actuales y acercar más la elección de parlamentarios a la población, para que realmente sean candidatos elegidos por la ciudadanía y no una extensión de la votación que se hace para la presidencia de la república.
Inscripción previa en partidos políticos para participar en política, lo que garantizaría que políticos sean los que participen en las contiendas electorales, y restringiría a los outsiders, invitados o independientes, finalmente la idea es coadyuvar al fortalecimiento de partidos a través de esta medida.
Eliminar la vacancia por incapacidad moral en el último año de Gobierno, creo que la última experiencia del pasado 09 de noviembre nos enseña que hay que equiparar las fuerzas de nuestro débil presidencialismo, con esta medida que pone en igualdad de condiciones tanto al legislativo como al ejecutivo.
La democracia es un régimen político, uno de los mejores inventos de la humanidad, pero requiere concebirla desde una nueva óptica, como inicialmente señalaba, la modernidad ahora es líquida, requiere que los partidos políticos se adapten a ella, poniendo a las instituciones sobre los actores políticos.
Es así que, solo podremos hablar de democracia en el Perú cuando la brecha existente entre la clase política y la ciudadanía se haya extinguido.
El presidencialismo peruano es frágil, pues dentro de las herramientas políticas otorgadas a los poderes del Estado, el Congreso tiene mayor fortaleza en ellas, siendo necesario equilibrar la balanza de esta desigualdad de condiciones entre los poderes del Estado peruano.
Las autoridades deben tener legitimidad de origen que refleje la participación democrática de la ciudadanía.
La crisis institucional obedece en la justa medida en que se agrava la crisis de representación política en nuestro país.
Los partidos políticos a través del sistema de partidos en los últimos 30 años han generado un hondo sentimiento de disconformidad ciudadana, lo que debe corregirse, considerando que los partidos políticos son elementos fundamentales de la clase política.
Para cerrar este hilo de ideas presentado, afirmar que no basta con reformas constitucionales o normativas, se requiere del cambio de conducta y compromiso de los representantes y los ciudadanos, en conclusión, el cambio debe venir de todos los peruanos.
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Fuentes bibliográficas y electrónicas
-Bauman, Z. (2016) Modernidad líquida.
-Cuellar, M. (2020) La reforma política para llegar al bicentenario.
-Gómez, H. (2020) ¿Reforma de la Constitución o asamblea constituyente?
-Guzmán, C. (2020) El Sistema Político Peruano.
-Hakansson, C. (2020) Los partidos son la célula básica de la clase política.
-Hernández, P. (2018) El Sistema Político Peruano: Su principal nota característica y dos omitidas propuestas de reforma.
-Informe Final de la Comisión de Alto Nivel para la Reforma Política – CANPR (2019)
-López, S, (2020) El poder líquido.
-Maldonado, G. (1991) El Régimen Político Peruano.
-Tanaka, M. (2012) ¿Cómo funciona la política sin partidos políticos en el Perú?