El sistema financiero está enfrentando varios retos. Algunos son de carácter estructural, como los necesarios incrementos en el patrimonio para apalancar mejores perspectivas de solvencia y de sostenibilidad, en especial en el grupo de entidades de mediano tamaño. Pero es necesario también advertir otro tipo de retos, no menos importantes, de carácter funcional y técnico que se deben enfrentar al interior de las entidades, en especial en sus metodologías o procedimientos internos. Veamos dos de ellos.
Uno de los retos, especialmente importante para las entidades de microfinanzas y las cooperativas de ahorro y crédito, es afinar sus sistemas de calificación de riesgos. Tanto de manera integral como en especial los aplicados a los riesgos de crédito. Esto con el objetivo de contar con metodologías modernas que permitan tratar a los clientes y a las carteras de colocaciones de manera segmentada, es decir aplicando las metodologías de cálculo preventivo y por segmentos.
Estas metodologías de calificación ya no serán por días de atraso; se requiere emplear herramientas más modernas, preventivas y creativas. Por ejemplo, los cálculos de las probabilidades de incumplimientos, los cálculos de las variables explicativas del Score, los cálculos de cosechas por carteras segmentadas e inclusive los cálculos de los precios o el pricing con el retorno ajustado al riesgo de capital incorporado. Estas serán metodologías mucho más útiles para seguir compitiendo, incorporar a nuevos clientes y seguir fortaleciendo el patrimonio.
La metodología técnica del pricing, por ejemplo, emplea fundamentos o variables que tienen en cuenta los perfiles de riesgo crediticio del cliente o de una operación de crédito, su ponderación y su impacto en el riesgo, así como en el retorno esperado, además de asignar adecuadamente el capital requerido. De esta manera se logra un sustento más técnico para una más eficiente disminución y diferenciación de tasas de interés activas. Sin descartar la utilidad de esta metodología para sustentar una eficiente diversificación por tipos de créditos y por tipos de riesgos crediticios.
Otro gran reto es propiciar mecanismos o productos que otorguen liquidez, capital de trabajo a los emprendimientos, a los comercios, a los servicios. Este es un requisito crítico para reactivar las transacciones de los clientes del crédito, no para promover la inversión, pero sí de gran impulso para activar la economía.
El factoring, por ejemplo, cumple con estas condiciones y requerimientos. Las ventajas de este producto para los proveedores que facturan con las medianas y grandes empresas son indiscutibles. Por supuesto que su operación eficaz, además de la factura electrónica, requiere un eficiente sistema de calificación de riesgos del vendedor y del comprador, lo que permite lograr una menor tasa de interés. Además, se puede apoyar al empleo de más personal y a la formalización de muchos de estos negocios de micro y pequeños tamaños que, dicho sea de paso, son la gran mayoría de las empresas en el país.
Todas estas sugerencias y comentarios se enmarcan en lo que se conoce como “gestión de riesgos”. Con ellas no solo se mejoran o se especializan los procedimientos específicos, sino que también se fortalece a los clientes, sus balances y sus flujos de caja. Este enfoque no solo hace hincapié en el consabido riesgo de prevenir el incumplimiento, sino que se orienta a fortalecer la capacidad de pago del cliente. Es decir, no solo están enfocados a la cobranza sino que se destinan recursos técnicos en hacer mejores sujetos de crédito y también en incorporar a nuevos sujetos de crédito. Finalmente, no cabe duda que con estas metodologías también se fortalece el patrimonio.
Todas estas metodologías permiten a las entidades financieras no solo discriminar eficientemente o con beneficios específicos para el cliente y adecuarse a las características propias de los perfiles de riesgos sino además les facilita el ser más competitivas. ¿Deseas aprender a aplicar estas metodologías? Solicita más información de nuestro Programa de Especialización en Gestión de Riesgos de Crédito.