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Riesgos de crédito: morosidad real y default

Escrito por EPG Universidad Continental | mar 29


Las entidades financieras pueden incurrir en pérdidas si sus deudores no cumplen plenamente sus obligaciones de pago; esto se conoce como riesgo de crédito. En este blog revisaremos cómo podemos segmentar la estadística de morosidad para gestionarla con mayor precisión.


¿Cómo se calcula la morosidad?


Al calcular la morosidad, el ratio o indicador típico mide el total de colocaciones vencidas y en cobranza judicial respecto del total de colocaciones. Sin embargo, si analizamos la recuperación, notaremos que las colocaciones que tienen más de 90 días de vencidas son las de menor probabilidad de ser recuperadas

 

Cuando se llega a esta mora o días de atraso, la norma SBS exige que se tome el total de la cartera como vencida. Es decir, agregar el total del crédito a las cuotas vencidas de más de 90 días.

 

Por lo antes mencionado, en la práctica de la gestión del riesgo de crédito se acostumbra a segmentar la estadística de la morosidad en función de tres factores.

  • Días de atraso: 30, 60 y 90 días.
  • Tipo de crédito
  • Tipo de cliente

Esto permite visualizar con mayor precisión la morosidad real.

¿Qué es default?


Podemos definir default como el riesgo de no pago de una obligación; el momento en que el cliente no tiene capacidad de pago.


Cuando una deuda acumula 90 días de atraso, entra en la probabilidad de no pago o la probabilidad de incumplimiento. Debemos considerar también que a mayores sean los montos en esta categoría de atraso, mayor será la probabilidad de incumplimiento o la probabilidad de perder el dinero de la colocación.


Por lo anterior, la gestión del riesgo de crédito se dedica a analizar las operaciones crediticias que pueden deteriorar la capacidad de pago de los deudores. Esto con el fin de prevenir su ocurrencia y, por tanto, perder la menor cantidad de dinero del crédito.

 

También se denomina default al momento en que la posible recuperación de la colocación es menor al saldo atrasado de la misma. Por ejemplo, en una empresa esto sucede cuando el valor de sus activos cae o es inferior al valor de su deuda, lo que determina la insolvencia.


La aleatoria de la reducción de la capacidad de pago o la caída de los flujos de caja del deudor o cliente es lo que define la probabilidad de incumplimiento. Debido a que estos eventos son dinámicos, es decir, ocurren de diferentes maneras en el tiempo, es necesario segmentar la estadística para evitar la llegada del default.


En esencia, la gestión del riesgo de crédito es la metodología para estimar y prevenir la ocurrencia del default, el momento del default y la cantidad de la colocación que se perdería.

¿Cómo determinar la calidad de la cartera?


Al conjunto de créditos que presentan un alto nivel de riesgo de impago o que ya han incurrido en impagos y se consideran de difícil recuperación, se considera cartera problema. Debemos considerar también en estos montos de mal comportamiento de pagos las colocaciones refinanciadas y reprogramadas; ya que son posibles de no recuperación en su totalidad o en una parte del total de cada una.


La SBS define distintos tipos de cartera problema.

  • Cartera Atrasada: es la suma de los créditos vencidos y en cobranza judicial.
  • Cartera de Alto Riesgo: es la suma de los créditos reestructurados, refinanciados, vencidos y créditos en cobranza judicial.
  • Cartera Pesada: es la suma de los créditos con calificaciones de deficiente, dudoso y pérdida.

A noviembre de 2022, el ratio promedio en cartera atrasada y cartera de alto riesgo para cajas municipales fue de 5.92% y de 8.31%, respectivamente. Mientras que en las empresas financieras, de 5.60% y de 8.47% en promedio, respectivamente.


Ahora, si además analizamos el flujo de los créditos castigados (lo que se denomina la mora real), el indicador de riesgo crediticio promedio llega al 12.2% del total de la cartera de colocaciones para las cajas municipales. En el grupo de las empresas financieras, en promedio este indicador se eleva hasta el 26.1%.

 

Como hemos visto, una adecuada gestión de riesgos de crédito protege la rentabilidad y la solvencia de la entidad crediticia. Ahora que sabes qué es un default y cómo segmentar la morosidad para gestionarla con mayor precisión, da el siguiente paso con nuestra Maestría en Finanzas y Banca Digital.