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Salud pública: debilidades en la asignación de jefaturas

Escrito por Anyilo Pino Cárdenas | oct 24

En el Perú, los servicios de salud están estructurados en niveles de atención. El primer nivel de atención en salud (PNAS) es el más amplio, representando aproximadamente el 80 % de los establecimientos de salud. El 20 % restante corresponde a los establecimientos de segundo y tercer nivel de atención.


En este artículo, analizaremos el proceso de designación de jefes de los establecimientos de salud, con un enfoque especial en la imperiosa necesidad de revisar y mejorar la política de asignación de jefaturas en el primer nivel de atención.

¿Quiénes componen el primer nivel de atención en salud?


Actualmente, más de 8,400 establecimientos forman parte de las redes de prestadores de salud, gestionados tanto por el Ministerio de Salud (MINSA) como por los gobiernos regionales. De estos, 8,279 establecimientos se clasifican en el primer nivel de atención, con 1,713 centros de salud y 6,566 postas de salud. En el segundo nivel se encuentran 165 hospitales, mientras que el tercer nivel consta de 11 institutos especializados.


Es importante notar que, en el caso del MINSA, la mayor concentración de establecimientos se ubica en Lima Metropolitana, mientras que, en el caso de los gobiernos regionales, los establecimientos se distribuyen en sus respectivos territorios.


Por su parte, EsSalud opera un total de 391 establecimientos de salud en todo el país. De ellos, 298 pertenecen al primer nivel de atención, 83 al segundo nivel y 10 al tercero, según datos actualizados al cierre del año 2022.

 

Cada uno de estos establecimientos cuenta, al menos, con un Jefe de Establecimiento de Salud, y como máximo, con un Director General (MINSA) o Gerente Central (EsSalud).


Importancia del primer nivel de atención en salud (PNAS)


El primer nivel de atención constituye la primera línea de contacto con la población y opera en estrecha colaboración con la comunidad y los actores sociales en los distritos donde se ubican los establecimientos de salud.


Asimismo, el PNAS asume la responsabilidad de abordar y resolver aproximadamente el 85 % de los problemas de salud. Sus servicios se centran en la prevención, promoción y protección específica de la salud, además del diagnóstico temprano y tratamiento oportuno de enfermedades. 


Debido a estas características, los establecimientos de salud del primer nivel de atención ofrecen las mejores oportunidades para alcanzar los objetivos y lograr resultados positivos en la salud pública.

Gestión de cargos jefaturales en el sector de la salud


Como vimos en el apartado anterior, por sus características, el PNAS es un excelente espacio para alcanzar resultados positivos en salud pública. Sin embargo, debemos considerar que la consecución de estos resultados dependerá en gran medida de los directivos y líderes de estos establecimientos.

 

En consecuencia, el desarrollo de la salud pública y la mejora de la satisfacción de los usuarios de los servicios de salud están intrínsecamente ligados al desempeño de los jefes de los establecimientos del primer nivel de atención.


Por lo anterior, y en el contexto de la mejora continua y la implementación del ciclo PHVA (planificar, hacer, verificar, actuar) en la gestión, es crucial analizar las fortalezas y debilidades en relación con los numerosos cargos de jefatura que se desempeñan a nivel nacional en el sector de la salud.


La política de asignación de jefaturas a través del SERUM


En términos de volumen, los establecimientos pertenecientes al PNAS constituyen el 97 % de todos los establecimientos en el país. Por este motivo, la mayoría de las jefaturas se asignan en los establecimientos de salud del primer nivel de atención.


Es fundamental destacar que estas jefaturas se otorgan principalmente a través del Servicio Rural y Urbano Marginal (SERUM). Esta modalidad puede dar lugar a problemas en la ejecución de actividades y resultados, ya que la asignación de un nuevo jefe a un establecimiento de salud se efectúa de forma arbitraria y no sigue un proceso riguroso de búsqueda y contratación de talento. En lugar de ello, se basa en una obligación normativa del estado dirigida a todos los egresados de las profesiones de las ciencias de la salud. 

 

El resto de jefes de los establecimientos de salud del PNAS son removidos con frecuencia debido a la llegada de nuevos directores o jefes de mayor jerarquía, tanto a nivel de las regiones como en el caso de Lima Metropolitana. Por otro lado, no se realiza una evaluación para asignarlos a nuevos cargos de jefatura o para ratificarlos en los mismos.


Debilidad: la selección de perfiles


El proceso de asignación de jefaturas en el PNAS difiere significativamente de los enfoques actuales de la gestión de recursos humanos y la adquisición de talento. En el contexto de recursos humanos, encargados de la contratación y selección de nuevos empleados buscan perfiles y competencias específicas en los candidatos.


Algunas cualidades esenciales que se espera de un jefe de establecimiento de salud son:

                              1. Capacidad de toma de decisiones a nivel medio y alto.
                              2. Habilidad para representar al equipo en eventos y organizaciones.
                              3. Destreza en la comunicación efectiva.
                              4. Profundo conocimiento y competencia en el ámbito de trabajo del área o dependencia.

Incorporar talentos que cumplan con estos criterios brindaría una mayor confianza a los altos directivos; ya que superar un proceso de selección por competencias indicaría que el candidato posee las habilidades básicas necesarias y una visión de crecimiento.


Debilidad: la duración del cargo

 

Es importante destacar que, en todos los casos y sin excepción, el SERUM tiene una duración de un año calendario. Tras este período, cada jefe de establecimiento de salud es reemplazado por el nuevo serumista entrante. Esta rotación constante afecta negativamente a la continuidad del liderazgo en los establecimientos de salud, lo que plantea la necesidad de revisar esta política pública.


Como hemos visto, debido a la rotación constante y a la falta de criterios y perfiles sólidos en la asignación de cargos de jefatura, es posible que los esfuerzos del PNAS no se traduzcan en resultados óptimos.


Si el objetivo de las entidades gubernamentales es disponer de un primer nivel de atención sólido, completo e integral, que aporte un valor público creciente y positivo a la población, es imperativo mejorar la forma en que se asignan las jefaturas en los establecimientos del primer nivel de atención en salud.


Es esencial que las autoridades de salud del país revisen y se enfoquen en mejorar la gestión de las jefaturas en los establecimientos del primer nivel de atención, dado que la actual política de asignación no concuerda con la búsqueda de mejoras en la salud pública.

 

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