La transparencia, vista desde lo público, es un proceso complejo que involucra la rendición de cuentas, la participación de los ciudadanos, el acceso a la información y la confianza en las instituciones.
Durante décadas, la idea de transparencia pública estuvo subestimada e incluso relegada. Un nuevo paradigma de gestión pública le ha dado un lugar privilegiado entre los aspectos que distinguen a una gestión de calidad. Ahora bien, si miramos las tendencias globales ¿de qué hablamos cuando decimos transparencia?
El gobierno abierto es un modelo de gestión que implica un cambio de paradigma en la manera en cómo se manejan las cosas en el sector público y ha sido planteado como el contexto ideal para el ejercicio de la transparencia.
El concepto de gobierno abierto está relacionado con la apertura de información pública disponible para los ciudadanos, pero va más allá porque también incluye la interacción de gobierno-ciudadanía en una relación bidireccional que transforma lo que hasta ahora habíamos entendido como gestión pública.
La transparencia en la información y los procesos es vital para la consolidación del modelo de gobierno abierto. En ese sentido, el acceso que los ciudadanos tengan a los datos y documentos públicos demuestra la voluntad pública por mostrar las acciones y decisiones de los actores gubernamentales en aras de la transparencia.
Para tener una idea de la importancia de este aspecto, el acceso a la información pública está tipificado incluso legalmente, y es uno de los pilares de la libertad de expresión en los Estados modernos.
Las nuevas tecnologías han permitido aumentar el alcance de la transparencia a muy bajo costo. Colgar documentos públicos, informes de gestión y rendición de cuentas en sitios web al alcance de los ciudadanos es incrementar la difusión de la información.
En épocas en las que la difusión de información pública ya no es una opción sino una exigencia ciudadana, las nuevas tecnologías vienen a cumplir un rol fundamental para garantizar el acceso que tienen las personas a información transparente.
Una consecuencia directa del acceso a la información es la activación de la participación ciudadana. De hecho, la transparencia ha sido señalada como una pre-condición para la participación.
Esto es una autopista de dos vías. Por una parte, están los ciudadanos interesados en vincularse con asuntos públicos que demandan información relevante y por la otra, aquellos que, habiéndose enterado sobre asuntos públicos gracias a la información disponible, deciden involucrarse a través de mecanismos de participación.
Aunque no funciona estrictamente como una ecuación, a más transparencia = más confianza, tener mecanismos claros de rendición de cuentas, procesos más transparentes e información más abierta contribuye a fortalecer la confianza que tienen los ciudadanos en sus instituciones, y los altos niveles de confianza también tienen efectos positivos en las economías de las naciones.
Una política de puertas cerradas, con poco o nulo acceso a la información, donde no se rinden cuentas, afecta los mecanismos de participación y genera desconfianza en los ciudadanos sobre la toma de decisiones, pero, muy especialmente, sobre cómo se están manejando los recursos públicos.
Los atributos de la transparencia propician ambientes participativos y colaborativos entre los ciudadanos y los actores públicos (gobierno, instituciones) mientras que contribuyen a generar confianza entre los involucrados, creando entornos favorables para la inversión y el desarrollo.
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