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Se dice que un vocero es la voz oficial de una institución pública o privada y, por ende, es responsable de construir una imagen positiva de la marca. Sin embargo, en el actual mundo digital, esta responsabilidad no recae solamente en esta figura; sino, en todas las personas que trabajamos para una misma organización.
Todos podemos ser voceros de la marca
Imaginemos a un empleado que, luego de finalizar su jornada laboral, sale de prisa de la empresa pues ese día se reencontrará con amigos de la universidad. Para celebrar, deciden tomarse unos tragos. Horas más tarde, en medio de la euforia colectiva y pasarse de copas, surge una disputa y este individuo es grabado por unos comensales.
¿Cuál es el problema? El individuo olvidó quitarse la camisa del uniforme que tiene un logo corporativo de la empresa donde labora. Aunque él forma parte del equipo de planta de producción, al exponer la marca se vuelve un mal representante de esta.
Todo en la web es público
En el macro entorno digital todo puede volverse complejo y concatenar una crisis reputacional. Especialmente en escenarios como este, si no se tienen planes estratégicos. La vocería exige de nuestra responsabilidad para manejarla adecuadamente y construir una buena reputación con nuestras audiencias.
En contraste con la década pasada, donde las relaciones públicas se llevaban a cabo de manera unidireccional, actualmente las redes sociales han creado una oportunidad única. Estas plataformas han acercado a las empresas a nuevos espacios, permitiéndoles conectar de manera directa no sólo en términos de ventas de productos y servicios, sino también para establecer una comunicación directa y continua con sus clientes y consumidores.
La línea entre lo personal y profesional es invisible
Desde que despertamos, lo hacemos con nuestro dispositivo y cerramos el día, muchas veces, con el celular en la mano. Tenemos acceso permanente a cualquier red social, lo cual implica una participación activa en entornos sociales desde donde brindamos mucha información personal y profesional.
La tendencia global de difuminar las fronteras entre empresas, instituciones y personas con sus seguidores (públicos internos como externos) no debe pasarse por alto. Ignorar lo que sucede en el ámbito digital, y especialmente lo que publicamos en él, resulta imposible, ya que todo queda registrado de manera permanente.
Sin lugar a dudas, estos canales nos han dado voz y voto. En estos escenarios, todo o casi todo lo que se publica tiene un impacto determinante en las persona o instituciones; independientemente del puesto que desempeñe dentro de la estructura orgánica.
Un clic para potenciar nuestra marca
Es aquí donde radica la importancia del manejo de las redes sociales y la vocería digital. La interacción en tiempo real puede ser una herramienta importante que nos mantiene a un clic de impactar positiva o negativamente.
Como hemos visto, la vocería digital es la participación activa en las redes sociales de todos los que forman parte de una misma organización. La vocería digital demanda responsabilidades de todo el equipo, pero también habilidades; por lo que las empresas o instituciones deben contar con una estrategia para trabajar el mensaje y crecer de forma positiva con sus comunidades.
Inventemos la vacuna para la vocería digital
Si reconocemos que cada invierno enfermamos de gripe, resulta lógico crear una vacuna para prevenir y mitigar sus efectos. De manera similar, en el contexto actual de las redes sociales, donde todos poseemos voz y voto, es esencial prepararnos para la vocería digital.
Mediante una comunicación estratégica podemos fortalecer la vocería digital y buscar juntos la medicina adecuada para prever contingencias y actuar de forma inmediata para prever una crisis. ¡Inventemos esa vacuna!
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* Licenciada en Ciencias de la Comunicación Social, magíster en Administración Pública y Gestión de Gobierno, postulante a doctorado en Administración Pública y miembro de la Asociación de Periodistas de Guatemala.
