Actualmente, contar con estudios de pregrado no es suficiente para tener un perfil competitivo en el Mercado laboral. Adicional a los estudios superiores, los profesionales deben adquirir habilidades que les permitan trabajar en grupos, liderar y poner en práctica sus conocimientos.
Estas habilidades son indispensables para refrescar los procesos con los que tradicionalmente cuenta la administración pública. Son necesarios perfiles de profesionales que puedan llevar adelante proyectos, cumplir objetivos y obtener resultados en la aplicación de las políticas públicas.
Un líder no se hace de la noche a la mañana, el liderazgo se adquiere aplicando la teoría en la práctica. En el terreno, tomando decisiones, dirigiendo equipos, asumiendo responsabilidades, así se forman los líderes.
La preparación de un líder tiene que ver con estrategia, habilidades de comunicación, manejo de grupo e incluso gestión de las emociones. Adicionalmente, debe conocer a cabalidad el área en la que se va a desempeñar, especialmente los procesos que la componen. Un líder bien informado es capaz de tomar mejores decisiones.
En la gestión pública el liderazgo es imprescindible. La dinámica de nuestras instituciones demanda profesionales que puedan guiar a los equipos hacia las metas, enfocarlos en los resultados y poner en práctica políticas públicas beneficiosas para los ciudadanos. Sin liderazgo, las políticas públicas no pasarían de ser promesas o buenas intenciones.
El diseño de planes y su ejecución para alcanzar los objetivos es lo que se conoce como planificación estratégica. Desarrollar habilidades de planificación le permite a los gestores públicos modernos proyectar soluciones a futuro para ejecutar políticas públicas a largo plazo siguiendo una hoja de ruta.
¿Cómo trazar planes? En principio teniendo claros los objetivos. Un gerente con habilidades de planificación sabe cuál es la meta, con qué recursos cuenta, en cuánto tiempo debe alcanzarla e incluso proyecta los posibles desafíos en los distintos entornos. En función de esta información traza el plan para ponerse en actividad.
La planificación es fundamental especialmente en el sector público donde se deben cumplir pasos específicos antes de ejecutar una política. Si esos pasos no están debidamente previstos en un plan se incurre en la improvisación poniendo en riesgo el éxito de la gestión.
Los principales problemas entre los equipos de trabajo son de comunicación. Malos entendidos, datos erróneos, falta de directrices claras, incertidumbre generan tensiones, pérdida de tiempo, despilfarro de recursos y, por ende, el incumplimiento de los objetivos.
Un profesional con habilidades comunicativas logra hacerse entender claramente en el equipo, en público, por escrito o a través de cualquier medio por el cual se comunique. Manejar el lenguaje correctamente, conocer a su audiencia y transmitir sus ideas con facilidad son algunas de las características de la comunicación asertiva.
Estas habilidades pueden adquirirse con la práctica, especialmente si la persona está expuesto a un entorno en el que sus competencias comunicacionales son puestas a prueba. Cursar estudios superiores ayuda a mejorar la redacción, la exposición oral y la comunicación interpersonal a través de la elaboración de ensayos, ponencias o trabajos grupales.
Ser flexible ante el cambio es una de las habilidades más importantes en la administración pública actual. En un momento global como el que vivimos, con una importante transformación de las instituciones y cambios que ocurren al ritmo vertiginoso de la tecnología, es vital para los profesionales poder fluir con las olas de “lo nuevo”.
Durante los últimos años, el Estado peruano ha vivido una serie de transformaciones que buscan hacerlo más ágil y más moderno. Los funcionarios de carrera que han estado inmersos en esta “mudanza de paradigmas” han tenido que echar mano de su flexibilidad, adaptabilidad y resiliencia. Muchos de ellos, también han decidido prepararse para el futuro porque, saben que, “lo único constante es el cambio”.
¿Cómo se logra la adaptabilidad? Manteniéndose abierto a nuevas experiencias; estando dispuesto a hacer las cosas de una manera diferente, que no se haya probado antes; entender que la visión tradicional puede ser modificada sin que eso implique una amenaza; dándole una oportunidad a las ideas nuevas; y manteniendo una actitud receptiva ante la innovación.
Actualmente, la creatividad ha dejado de ser una habilidad exclusiva de las carreras asociadas con el arte, el marketing o el diseño. Todas las áreas de la vida requieren del pensamiento creativo, la gestión pública no es la excepción.
La creatividad es la capacidad de crear cosas nuevas. Un gestor público creativo está llamado a encontrar nuevas soluciones a viejos problemas. Una mente creativa siempre está dispuesta a abrazar lo diferente. Es propositiva e innovadora. No se estanca en los obstáculos, al contrario, busca vencerlos. ¿Suena esto como la descripción de un perfil necesario en la administración pública? ¡Claro que sí!
Requerimos profesionales cada vez más comprometidos con la creatividad. Que entiendan que la innovación no es un requisito sino una forma de hacer las cosas. Que sigan un método que los obligue a pensar fuera de la caja. De esta forma sus acciones tendrán un impacto mayor en el colectivo.
Como vemos, el perfil de los nuevos líderes de la gestión pública es mucho más completo que en el pasado. Manejar habilidades sociales e intelectuales les brinda una ventaja competitiva difícil de superar. Prepararse para ser un gestor público moderno implica adquirir destrezas que no están tipificadas explícitamente en ningún currículo, pero que en centros educativos como el nuestro hemos sabido identificar como prioritarios.
Ahora que conoces más sobre las habilidades necesarias para dirigir una gestión pública, puedes dar el siguiente paso y descubrir la Maestría en Gerencia Pública de la Universidad Continental.