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En el 2050, el 70% de la población mundial vivirá en ciudades, esos espacios urbanos con alta densidad poblacional donde la demanda de productos y servicios crecen más rápido que la capacidad del Estado para satisfacerlas.
Según la OCDE, si no se toman las medidas necesarias el crecimiento económico y demográfico tendrá un impacto medioambiental y social sin precedentes.
Debido a su crecimiento exponencial, y a menudo no planificado, las ciudades suelen tener problemas de inseguridad, falta de limpieza, caos vehicular, deficiencias en suministros de servicios como agua o luz y la sostenibilidad de los recursos.
Una de las soluciones planteadas ha sido hacer uso de tecnología para garantizar la calidad de vida de los habitantes. A las ciudades donde los servicios públicos están integrados a la tecnología se les conoce como “ciudades inteligentes” o “smart cities”.
¿Qué son las ciudades inteligentes?
Hablamos de soluciones como semáforos inteligentes que detectan infracciones, cámaras de vigilancia y control conectadas a los comandos de policía y bomberos que les permitan una actuación más rápida.
Sistemas de energía solar para ahorrar consumo eléctrico y así reducir las emisiones de CO2. Realizan proyectos de teleeducación y telemedicina; trámites en línea como parte del gobierno electrónico, sistemas para el libre flujo vehicular que disminuyan el tráfico, entre otros beneficios a los que el ciudadano pueda acceder desde su celular.
Una de las grandes ventajas de las ciudades inteligentes es la optimización del tiempo del ciudadano. La tecnología le facilita comunicarse con sus gobiernos como si hiciera uso de una ventanilla única, sin salir de casa.
Estos modelos de ciudades demandan procesos más productivos y eficientes. Se cree erróneamente que la incorporación de la tecnología es suficiente para tener ciudades inteligentes. Sin embargo, el primer paso debe ser la voluntad política de brindar mejores servicios, interconectando a las instituciones, simplificando los trámites y agilizando los procesos. Solo entonces la tecnología puede potenciar y amplificar esos beneficios para los ciudadanos.
El rol de la gestión pública
El rol de una gestión pública eficiente es la base de las transformaciones de nuestras ciudades hacia lo “smart”. Las ciudades inteligentes son organizadas, interconectadas, sostenibles, y, por supuesto, altamente tecnológicas.
Como gestores públicos estamos llamados a entender cómo funcionan y no tenerle miedo al cambio. Prepararnos para diseñar políticas públicas orientadas hacia el logro de ciudades más amables e inteligentes en la gestión de sus recursos es nuestro objetivo. Asumir la tecnología como un aliado, es clave para lograrlo.
En este sentido, las empresas de tecnología están listas para proveer soluciones tecnológicas, por tanto, es tarea del Estado identificar los problemas ciudadanos y abrirse a la interconexión para resolverlos. 
Ciudades inteligentes en el mundo
Según el ranking del Centro de Globalización Estrategia del IESE, Londres es la ciudad más inteligente en este 2019. Este listado evalúa las dimensiones de economía, capital humano, cohesión social, medio ambiente, gobernanza, planificación urbana, proyección internacional, tecnología y movilidad y transporte.
En el ránking le siguen Nueva York, y luego un dominio Europeo donde se encuentran Amsterdam (3), Ámsterdam (3), París (4), Reikiavik (5). Las ciudades asiáticas de Tokio y Singapur ocupan el puesto 6 y 7 respectivamente.
El Latinoamérica, Chile ocupa el primer lugar, y el lugar 66 en el mundo y con un calificativo de nivel muy alto de desempeño. Le siguen Buenos Aires y Montevideo. Esta región representa el área con mayor tasa de urbanización del planeta. Según las Naciones Unidas, para 2050 el 90% de su población habitará en megaciudades.
Estos rankings son una guía que puede servir de ejemplo para otras ciudades. Sin embargo, se resalta que cada ciudad tiene su propia manera de ser una smart city. No existe una regla única, las ciudades tienen sus recursos, necesidades y problemáticas propias. De igual manera, cada ciudad tiene su forma de afrontar los retos que se presenten y así generar un bienestar sostenible para sus ciudadanos.
No olvidemos que lo más importante en una ciudad sostenible es su capacidad para tener a largo plazo una visión global, solidaria y consciente.
Las transformaciones no esperan, por ello es importante estar al día en las tendencias. Conoce a fondo los fundamentos de una ciudad inteligente con nuestro Programa de Especializacion en Smart Cities.
