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Hace poco tuve la oportunidad de terminar el libro de Davis Epstein "Amplitud: ¿Por qué los generalistas triunfan en un mundo especializado?" Un libro fascinante y además complejo.
Amazon describe Amplitud como un “gran éxito del New York Times”. “Ha sido uno de los libros de no ficción más vendidos de Estados Unidos en el 2019 y ha generado debates y discusiones en el ámbito de la gestión empresarial, la educación, la formación, el deporte, la psicología y la crianza de los hijos. (...) Un interesante debate acerca de la amplitud de conocimientos y herramientas, que es más necesaria que nunca, en un mundo que nos quieren vender como cada vez más especializado y parcelado”, señala la plataforma.
Las reflexiones de Epstein son valiosísimas para que como profesionales nos planteemos algunos cuestionamientos en torno a nuestra carrera profesional. Con base en mi experiencia personal, quiero proponer cuatro preguntas que todo profesional debe hacerse.
1. ¿Qué quiero y qué puedo ser?
En su libro Amplitud, Epstein examina cómo, en un mundo cada vez más especializado, los generalistas pueden tener una ventaja significativa. Epstein argumenta que, a pesar de la tendencia hacia la especialización temprana, aquellos que desarrollan una variedad de habilidades y conocimientos en múltiples áreas tienden a ser más creativos, ágiles y exitosos.
El autor utiliza ejemplos de deportes, negocios, ciencia y arte para demostrar que el aprendizaje amplio y diverso permite a los individuos conectar ideas de diferentes campos, adaptarse mejor a los cambios y resolver problemas complejos de manera más efectiva.
El libro también cuestiona la creencia de que la especialización temprana es siempre la mejor estrategia, destacando que muchas personas exitosas han explorado diversos intereses antes de encontrar su verdadera vocación.
Epstein sugiere que las experiencias variadas y el aprendizaje interdisciplinario fomentan la innovación y el éxito en un mundo complejo y en constante cambio. En resumen, Amplitud defiende que el conocimiento y las habilidades diversas son esenciales para enfrentar los desafíos contemporáneos y prosperar en diferentes ámbitos de la vida.
Personalmente, siempre quise ser un generalista, en términos de Epstein. A inicios de mi carrera profesional, esto me llevó a estudiar ingeniería Industrial con un gran objetivo personal: ser CEO de una gran empresa.
Sorprendentemente, por diversas razones, los primeros 10 años de mi vida profesional los hice como especialista en el área de mantenimiento e ingeniería. No puedo decir que fue de mi agrado, pero me ayudó mucho en mi carrera.
Luego pasé por las áreas de logística y comercial en diferentes empresas. Finalmente, conseguí mi anhelado objetivo: ser CEO de una empresa importante. Debo decir que mi gestión como especialista fue decisiva para lograr mi objetivo.
2. ¿Dónde quiero trabajar?
Otro cuestionamiento importante en la trayectoria profesional es la elección entre desarrollarse en el ámbito público o en el sector privado. Veamos a mayor detalle las posibilidades en cada uno.
En el sector privado
De acuerdo a la madurez del perfil (su formación, años de experiencia, etc.) podemos enfocarnos en dos grandes etapas.
Primera etapa profesional: emprendedor o colaborador
Durante la primera etapa profesional, las personas que se desenvuelven en el sector privado pueden decidir ser emprendedores o empleados asalariados, cada opción con sus propias características y desafíos.
Los emprendedores asumen altos riesgos financieros y operativos, ya que dependen del éxito de su negocio para obtener ingresos. Aunque disfrutan de alta autonomía y control sobre sus decisiones y condiciones laborales, esto puede implicar largas horas de trabajo y un gran compromiso personal.
Si tienen éxito, los emprendedores pueden lograr un crecimiento significativo y expansión, pero deben asumir la responsabilidad total de todas las facetas del negocio.
Por otro lado, los empleados asalariados enfrentan menos riesgos financieros y laborales, ya que reciben un salario fijo y beneficios, lo que les proporciona mayor seguridad y estabilidad laboral.
Trabajan en un entorno más estructurado con horarios establecidos y condiciones laborales definidas por la empresa. Aunque tienen menos control y autonomía sobre las decisiones estratégicas, disfrutan de un entorno laboral más predecible y seguro.
Las oportunidades de crecimiento pueden estar limitadas por la estructura organizativa, pero el desarrollo profesional y las oportunidades de capacitación son significativos.
Así, elegir entre ser emprendedor o empleado asalariado depende de la disposición para asumir riesgos, la necesidad de seguridad laboral y las preferencias personales en cuanto a autonomía y estructura. Ambos caminos ofrecen oportunidades únicas y desafíos que pueden alinearse con diferentes etapas y metas profesionales.
Segunda etapa profesional: empresario o ejecutivo
En la segunda etapa profesional, las personas pueden convertirse en empresarios o ejecutivos, cada uno con características y ventajas distintivas.
Los empresarios asumen riesgos moderados a altos, pero disfrutan de alta seguridad laboral al ser dueños de sus negocios. Tienen condiciones laborales flexibles y control total sobre decisiones estratégicas y operativas, lo que les permite innovar y ajustar estrategias.
Las oportunidades de crecimiento son significativas, generando una considerable plusvalía que asegura su futuro financiero, eliminando preocupaciones sobre la jubilación. Sin embargo, asumen la responsabilidad total del negocio, lo que implica gran presión pero también satisfacción personal.
Por otro lado, los ejecutivos enfrentan riesgos moderados relacionados con el desempeño de la empresa, pero no asumen riesgos financieros personales. Disfrutan de seguridad laboral alta, trabajando en entornos estructurados con cierta flexibilidad en sus horarios y decisiones.
También tienen oportunidades de crecimiento profesional significativas, avanzando a través de promociones y roles de mayor responsabilidad. Acumulan plusvalía mediante paquetes de compensación, bonos y opciones sobre acciones, proporcionando una base financiera sólida para la jubilación.
Los ejecutivos son responsables de áreas específicas dentro de la empresa, y su rendimiento es crucial para el éxito organizacional.
Sector público
Por otro lado, en el sector público las opciones se pueden dividir en servidor público, funcionario de carrera o funcionario político.
3. ¿Qué tipo de líder necesito ser?
El liderazgo se puede entender a través de dos arquetipos distintivos: el líder constructor y el líder conquistador. Cada uno tiene características y enfoques únicos que los diferencian y los hacen valiosos en distintos contextos.
El líder constructor
Un líder constructor se caracteriza por ser metódico, detallista, colaborativo, sostenible y confiable. Este tipo de líder se enfoca en construir y optimizar procesos, estableciendo estructuras sólidas y garantizando la sostenibilidad a largo plazo. Valoran la colaboración y el detalle, asegurando que cada paso esté bien planificado y ejecutado.
Los líderes constructores suelen ser especialistas. Su enfoque en la precisión y el detalle requiere un conocimiento profundo en áreas específicas. Su capacidad para desarrollar procesos sostenibles y fiables se alinea con la naturaleza técnica y especializada de los especialistas.
Estos líderes son esenciales para mantener la estabilidad y eficiencia en una organización, asegurando que todo funcione correctamente y que las mejoras sean duraderas.
El líder conquistador
Un líder conquistador es visionario, carismático, decisivo, estratégico y competitivo. Este tipo de líder se enfoca en conquistar nuevos horizontes, inspirando y motivando a otros hacia metas ambiciosas, y tomando decisiones estratégicas para crecer y expandir. Son visionarios y estratégicos, dispuestos a asumir riesgos para alcanzar grandes logros.
Los líderes conquistadores tienden a ser generalistas. Su habilidad para ver el panorama completo, conectar diferentes áreas del negocio y adaptarse rápidamente a nuevas oportunidades los define.
Su enfoque en la visión y la estrategia se alinea con la versatilidad y adaptabilidad de los generalistas. Estos líderes son cruciales para impulsar la innovación y el crecimiento en una organización, llevando a la empresa a explorar nuevos territorios y alcanzar el éxito.
Cabe resaltar que ambos tipos de liderazgo son esenciales y complementarios, aportando tanto la estabilidad como la innovación necesarias para el éxito organizacional.
4. ¿Qué debo aprender?
Aunque en el ámbito laboral y profesional existe una gran diversidad de habilidades, como consenso general estas se pueden dividir en dos grandes grupos: las habilidades blandas (soft skills) y las habilidades técnicas o duras (hard skills). Veamos en qué consisten.
Habilidades blandas (soft skills)
Las habilidades blandas son aptitudes no técnicas relacionadas con cómo interactúas y gestionas tu trabajo. Incluyen destrezas asociadas a la inteligencia emocional y la capacidad de interactuar efectivamente a nivel personal y profesional.
Estas habilidades son el resultado de una combinación de habilidades sociales, de comunicación, y de aproximación a los demás, permitiendo una relación y comunicación efectiva.
Se dividen en genéricas o conductuales, esenciales y técnicas o funcionales. Ejemplos incluyen habilidades interpersonales, integridad, trabajo en equipo, asertividad, manejo de conflictos, y emprendimiento.
Habilidades duras (hard skills)
Las habilidades duras son competencias vinculadas directamente con las tareas específicas realizadas por el colaborador. Incluyen conocimientos y destrezas sobre un tema específico adquiridas mediante formación y experiencia profesional, y pueden ser evaluadas y acreditadas formalmente.
Las habilidades duras abarcan áreas como STEAM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Arte y Matemáticas; por sus siglas en inglés), administración de recursos (financieros, personal, tiempo y materiales) y habilidades técnicas específicas como operación, mantenimiento, reparación, programación, y diseño de UX/UI.
Un perfil integral
Ambos tipos de habilidades son cruciales en el entorno laboral. Las habilidades duras te ayudan a obtener un empleo basado en tu currículo; mientras que las habilidades blandas son esenciales para mantenerlo, destacando la importancia de la adaptabilidad, la comunicación y la colaboración efectiva en el desempeño profesional.
¿Te habías hecho estas preguntas antes? Si tu perfil se inclina al de un especialista y deseas orientarlo a uno más generalista, la Maestría en Administración de Negocios (MBA) de la Escuela de Posgrado de la Universidad Continental es una gran a gran oportunidad. La maestría te ayudará a obtener una base sólida en múltiples aspectos del mundo empresarial, como las finanzas, el marketing, la gestión de operaciones, los recursos humanos y la gestión estratégica.
Además, desarrollarás habilidades de liderazgo versátiles, aplicables tanto en el sector privado como público, y adquirirás un conjunto equilibrado de habilidades blandas y duras, esenciales para el éxito en el mundo empresarial moderno.
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