La pandemia de COVID-19 será sin duda un precedente de nuevas formas de convivir en la sociedad y las empresas no son la excepción. La pandemia no solo ha obligado a las empresas a cambiar sus paradigmas respecto al trabajo de las personas, sino que también el de su propia gestión y organización.
De momento la respuesta a la realidad actual y posibles futuras situaciones parecidas es la digitalización. Hay quienes ya lo tenían hecho, otros que se están adaptando al mundo digital de forma progresiva, sin embargo, hay quienes no lo están logrando y su desaparición o estancamiento es inminente.
Aquellos que se están adaptando están evidenciando el gran potencial de los negocios y el trabajo a distancia en todo rubro y nivel. Hoy es posible comprar y vender absolutamente todo sin salir de casa. Así como también se puede gestionar, controlar y administrar una organización de forma eficaz gracias a herramientas digitales.
Cuando hablamos de digitalización, se abre un amplio espectro de posibilidades para una empresa. Desde adquirir nuevas tecnologías para mejorar y controlar procesos (CRM, Chatbots, ERP) hasta invertir en nuevas metodologías de trabajo para optimizar la gestión de proyectos (Design thinking, Agile,Scrum).
Sin embargo, controlar tus procesos internos es por dónde puedes empezar. Gracias a la digitalización de tus procesos internos serás capaz de elevar tu eficiencia y eficacia lo que te permitirá seguir compitiendo. Esto motiva al equipo, a que reduzca las tareas repetitivas o que agregan valor al proceso y tener más productividad.
Existen muchas alternativas digitales para poder monitorear y controlar la gestión de nuestras empresas de forma remota. Sin embargo, algunas de las características que debes tener en cuenta al momento de elegir una herramienta digital son las siguientes:
Un tablero de control se caracteriza por lo siguiente:
Debemos agregar e impulsar que esta transformación tenga objetivos que van más allá de “actualizarse”. Debe ser un medio para un objetivo más específico, ya sea para mejorar la productividad, hacer integraciones, entregar más éxito a los clientes, reorientar las estrategias, entre muchos otros.
Siempre y cuando se implementan y se gestionan los indicadores de forma óptima, el control de las actividades y operaciones de forma digital será idónea.
Después de todo las herramientas digitales solo representan los datos que los colaboradores introducirán al sistema. La veracidad o no de la información que se obtenga a partir de esos datos estará directamente relacionada al nivel de confianza de los datos registrados.
Con esta información, es posible predecir con mayor precisión el crecimiento del negocio, comprender qué áreas necesitan reestructuración y la aceptación de bienes o servicios en el mercado. Esto genera sostenimiento del negocio.
Finalmente, concluimos en que la elección de una herramienta digital dependerá de la realidad de una organización. Esta realidad refiere a lo económico, estructura organizacional, idoneidad del software, así como la cultura empresarial con un verdadero propósito de gestionar el cambio en todos los niveles.
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