La desalinización como solución a la escasez del agua en el Perú

Desde este espacio creemos que la ciudad es la solución, inclusive para afrontar de mejor manera situaciones tan críticas como la que nos toca vivir.

A más de 12 000 km de distancia de Lima se encuentra Israel; país con el que compartíamos, hasta hace poco, un inconveniente que ellos pudieron solucionar de forma eficiente: La escasez de agua potable. En la actualidad, Israel ha logrado gozar de un superávit que le permite exportar sus excedentes de agua a los países vecinos.

¿Cómo sucedió lo que parece un milagro? En Israel se apostó seriamente por la posibilidad que tenían frente a la mirada, el mar, la fuente de agua casi inagotable.

Gustavo Kronenberg, uruguayo radicado en Israel, dirigió la construcción de dos de las más importantes plantas desalinizadoras de agua de mar de Israel, llamadas Ashkelon y Hedara, la primera era por mucho tiempo la planta por osmosis inversa más grande del mundo, fue superada por otra planta ubicada también en Israel, la de Sorek. Kronenberg señala algo genial: “No falta agua, el problema es que sobra la sal y hay que saber sacarla. Nosotros sabemos cómo hacerlo de modo económico y efectivo, con la mejor tecnología hoy existente". [1]

El mito, muy fomentado por estos lares, que la desalinización es un sistema no viable por su costo, ha sido roto en pedazos por los israelíes gracias a la inversión en tecnología e innovación, y por supuesto, a mucho esfuerzo.

Un ciudadano israelí paga aproximadamente 0.58 centavos de dólar por un metro cúbico de líquido vital, en nuestro país, en Lima, por ejemplo, el consumidor comercial paga aproximadamente 2.80 dólares y el doméstico residencial 0.75 centavos de dólar. Por la escasez la tarifa de agua ha venido subiendo progresivamente. Ni que decir de los que no tienen agua corriente, pagan el agua más cara por el costo de transporte en cisterna.

Debe señalarse también que Israel es donde más se recicla el agua, alrededor del 85%, superando a España que recicla cerca de un 20% y se ubica en un segundo lugar. Casi el 50% del agua utilizada en agricultura es agua reciclada, esto ha permitido convertir al sector agrícola israelí en uno de los estandartes de su economía pese a sus características climáticas. [2]

La desalinización como solución a la escasez del agua en el Perú

El impacto de la escasez de agua en la costa peruana

Nuestra capital, como todas nuestras ciudades costeras está asentada en un desierto, el agua es terriblemente escasa. Si bien las cifras varían según de donde provengan, se estima que solo en Lima 2 millones de peruanos no tiene acceso al agua potable.

De acuerdo con el Instituto de Recursos Mundiales -WRI, las zonas norte y sur de la costa peruana enfrentan un estrés hídrico alto y extremadamente alto que expone a millones de personas a inseguridad alimentaria, conflicto y migración. Las zonas costeras de los departamentos de La Libertad, Lambayeque, Piura, Tumbes, Ica, Arequipa, Moquegua y Tacna son las más afectadas, y se acercan al "día cero", cuando los grifos se secan. [3]

Nos damos el lujo de comprometer miles de millones de dólares en obras faraónicas trasvasando agua desde Los Andes, lo que hace a las ciudades costeras peruanas dependiente de las lluvias, y en general, de fuentes de agua cada vez más escazas, cuando tenemos una costa marítima de dos mil kilómetros.

No hay duda de que el problema del agua va de la mano de la falta de planificación de nuestras ciudades, la falta de coordinación con las proveedoras de agua y la informalidad en la generación de vivienda, por falta de gestión para dotar de vivienda digna a los peruanos necesitados.

Es un esquema inverso y vicioso, que resulta finalmente carísimo para el propio Estado en la provisión de infraestructura, tendido de redes y almacenamiento, más aún por las ubicaciones de los asentamientos informales, donde primero llegan las personas a ocupar el suelo y luego llega el agua, cuando llega. Si se planificara, se generaría suelo urbano, es decir, suelo con servicios, y se ejecutarían proyectos potentes de vivienda de interés social subsidiados por el Estado. En sumas y restas, le resultaría más barato al Estado, y lo más importante, se evitaría que millones de peruanos vivan en condiciones indignas.

La relevancia de la planta desalinizadora PROVISUR

Tenemos ya un buen ejemplo, que, como todo lo bueno, tuvo un difícil recorrer para hacerse realidad, es pequeño pero su importancia radica en demostrar que sí se puede cambiar la matriz hídrica para provisión de agua para las ciudades costeras peruanas. Se llama PROVISUR, un proyecto ya culminado para los distritos balnearios de del sur de Lima.

Con una inversión de casi 100 millones de dólares, PROVISUR incluye la ampliación y mejoramiento de los servicios de abastecimiento de agua potable mediante una planta desalinizadora de agua de mar, alcantarillado sanitario, tratamiento y disposición de aguas servidas, se beneficiará a 100 mil habitantes de los distritos de San Bartolo, Santa María, Punta Negra y Punta Hermosa.

Desalinizadora de Israel

Se estima que el proyecto estará en total operación a finales de noviembre de este año, lo que garantizará que el próximo verano la población beneficiada de los referidos distritos, que desde su creación han vivido sometidos a comprar el agua a los proveedores de camiones cisterna, puedan tener agua potable las 24 horas del día.

El grave problema de la falta de agua potable no será solucionado por un milagro divino, eso está claro. La respuesta, como en los desiertos del medio oriente, está frente a nuestros ojos y en nuestras propias manos. Ahora se puede, a bajo costo, transformar el agua salada en real bienestar para todos en nuestras ciudades. Sin agua no hay vida.