Si tuviera que elegir una máxima que dé cuenta de que puede aportar la Neurociencia Cognitiva a un proceso de Coaching diría: Aprender a aprender es el camino. Como su nombre lo indica, la Neurociencia Cognitiva es una rama de las Neurociencias que se centra en los mecanismos implicados en la adquisición de nuevas distinciones y herramientas. Se preguntarán porqué aprender a aprender, qué quiere decir esto.
Hay que comprender que, en los procesos de Coaching, prácticamente no se está trabajando en conseguir nuevos puntos de equilibrio, sino que el foco está en asistir a la persona a devenir un cambiante exitoso, es decir transmitir la competencia necesaria para que la persona pueda ajustarse al cambio constante y continuo en que vivimos actualmente. En NeuroCoaching, disciplina que deviene de la integración de las Neurociencias Cognitivas al Coaching, debemos comprender la importancia de desarrollar nuevas habilidades en uno mismo, es decir en el Coach, y en quien consulta, el Coachee; que permitan seguir desarrollándonos ante los escenarios cada vez más vertiginosos que se plantean. Sin ir mas lejos, el cambio que estamos sufriendo a nivel global consecuencia de la pandemia del COVID-19 no sabemos muy bien hacia donde nos va a llevar.
Entonces ¿cómo preparar a un cliente para un escenario que no sabemos cuál va a ser? Sin lugar a duda, la respuesta tiene que ver con prepararnos en competencias transversales, es decir, en desarrollar habilidades que me permitan adaptarme fácilmente a cualquier situación. Esta competencia transversal, es aprender a aprender.
El NeuroCoaching replantea las herramientas y técnicas del Coaching, ajustando su forma de aplicación a la luz de los descubrimientos que las Neurociencias Cognitivas están desarrollando día a día. Son varios los interrogantes que podemos plantearnos para sacar provecho de la coexistencia de estas dos disciplinas ¿En qué nivel decisional debemos acompañar a nuestros clientes? ¿Cuáles son los mecanismos que favorecen la creatividad de nuestro Coachee? ¿Cómo es posible gestionar las emociones hoy en las organizaciones? ¿Qué más se puede hacer en favor del planeamiento estratégico a la luz de lo que hoy sabemos? La respuesta a estas preguntas tan disímiles tiene un denominador común, y es que debemos trabajar en entrenar formas de procesamientos que hasta ayer no trabajábamos.
Ya no nos es posible trabajar solamente en el plano de la lógica racional. Es imperativo tratar en la lógica que se da fuera de la consciencia, lo que denominamos procesamiento metaconsciente. El desafío es darle herramientas a quien consulta las 24 horas, no porque tengamos que estar disponibles todo el tiempo para nuestras coachee, sino porque debemos entregarle recursos para seguir trabajando en este plano metaconsciente cuando está en su casa, con sus amigos, durante sus períodos de ocio y no solamente en la consulta.
El NeuroCoaching trabaja en y con el metaconsciente de los clientes, pues debe de enfocarse en el lugar donde se activan los diferentes procesos neurocognitivos y no en el coronamiento de estos. Lo cierto es que, para trabajar Planeamiento Estratégico, Creatividad, Gestión Emocional y Toma de Decisiones, es necesario enfocarse en el metaconsciente. Debemos trabajar con nuestros clientes de Coaching aquellos ejercicios que facilitan la creación de respuestas sin análisis formal, consciente y racional. Necesitamos cambiar el paradigma cartesiano del “Pienso, luego existo”. Es imperioso saber que la existencia, y junto con ella todo el procesamiento necesario hoy dentro y fuera de las organizaciones, tiene mucho mas de “No pensar” de lo que creíamos.
Cuando nos sentamos a decidir que vamos a hacer en relación con un tema, el 80 por ciento ya esta decidido por nuestro metaconsciente sin que nos enteremos de ello. Cuando somos convocados a una reunión de Brain Storn, donde debemos apelar a nuestra creatividad, lo que surja en ese momento va a tener mucho más que ver con lo que nos ofrezca nuestro metaconsciente que con lo que nuestra mente consciente pueda dar. Cuando quiera planear el próximo año, poco de lo que escriba va a tener cabina en ese escenario del cual tenemos pocos datos de como va a ser.
En todos nuestros clientes, lo que precipita dar una determinada respuesta pocas veces tiene un basamento consciente, aunque así parezca, y casi nunca es racional, aunque también así parezca.
Todas nuestras experiencias y las experiencias de los demás se inscriben en redes neuronales y dejan huellas permanentes que luego condicionan nuestras conductas. Es sobre estos condicionamientos que trabaja en gran parte el NeuroCoaching. Nuestra tarea es acompañar el desarrollo de la capacidad de aprendizaje permanente en las personas con basamento neurocientífico. No es acompañar a resolver solamente la problemática que nos traen, es además desarrollar en el Coachee la capacidad de aprendizaje permanente en todos sus futuros cambios venideros para su vida.
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