¿Te has preguntado alguna vez cómo puedes diferenciarte y destacar en un mundo cada vez más digital, global y cambiante?, ¿qué habilidades, conocimientos y actitudes necesitas para liderar y gestionar con éxito tu organización o tu carrera profesional en la era de la información? o ¿qué beneficios puedes obtener al aprovechar las oportunidades que ofrece la economía digital?
Estas son algunas de las preguntas que se plantean muchos directivos, profesionales y estudiantes que buscan mejorar su desempeño y su competitividad en el mercado actual. Y es que la economía digital ha supuesto una transformación radical del entorno empresarial y social, que ha generado nuevos desafíos y oportunidades para las organizaciones y las personas.
Según un estudio de la consultora McKinsey, la economía digital representa el 15,5 % del PIB mundial y crece a un ritmo dos veces mayor que el de la economía tradicional. Además, se estima que para el año 2025 habrá más de 75 mil millones de dispositivos conectados a Internet, lo que supondrá una enorme cantidad de datos, información y conocimiento disponible.
En este contexto, las ventajas competitivas tradicionales, basadas en recursos tangibles, economías de escala o barreras de entrada, ya no son suficientes para garantizar el éxito y la sostenibilidad de las empresas. Se requieren nuevas formas de crear y capturar valor, que se adapten a la velocidad, la complejidad y la incertidumbre de la economía digital.
Las ventajas competitivas son aquellos atributos o capacidades que diferencian a una empresa de sus competidores y le permiten obtener un rendimiento superior en el mercado. En el entorno de la economía digital, estas ventajas competitivas se caracterizan por ser:
No son estáticas ni permanentes, sino que se deben renovar y adaptar constantemente a los cambios del entorno.
No se basan en recursos físicos o financieros, sino en activos intelectuales, relacionales y culturales; como el conocimiento, la innovación, la reputación, la confianza o el propósito.
No dependen de un solo factor o elemento, sino que se generan a partir de la combinación y la interacción de varios recursos, procesos, competencias y relaciones, tanto internas como externas a la organización.
No solo buscan maximizar el beneficio económico, sino también el social y el ambiental, creando valor compartido para todos los grupos de interés.
Estas características implican que las ventajas competitivas no se pueden copiar, imitar o comprar fácilmente; sino que se deben construir y cultivar a lo largo del tiempo, mediante una estrategia clara, una cultura innovadora y un aprendizaje continuo.
El logro y el cultivo de ventajas competitivas es de la máxima importancia estratégica ya que:
Todos estos beneficios pueden traducirse en un mayor crecimiento, rentabilidad y sostenibilidad para las organizaciones, así como en una mayor satisfacción, lealtad y recomendación por parte de los clientes.
Si deseas profundizar en este tema y adquirir las habilidades necesarias para liderar en la era digital, te invito a conocer más sobre la Maestría en Administración de Negocios (MBA) de la Escuela de Posgrado de la Universidad Continental. ¡Solicita más información!
Fuentes de información:
- La Nación. (15 de septiembre de 2021). Industria 4.0. La transformación digital como ventaja competitiva para las empresas y las economías de los países.
- McKinsey. (8 de octubre de 2021). Estrategia para un mundo digital.
- Creativa. La transformación digital, una ventaja competitiva en empresas.
- BAE Negocios. (27 de junio de 2021). La ventaja competitiva de las PyMEs en la era de la transformación digital.
- Intelsa. (4 de enero de 2022). Ventajas y desventajas de la economía digital.