La salud pública no solo es una dimensión del bienestar humano, sino un pilar estratégico para el desarrollo integral y sostenible del país. El presente artículo reflexiona sobre la importancia de la salud pública en el futuro del Perú, buscando estimular un diálogo constructivo sobre cómo reposicionar la salud pública en el centro de la agenda nacional.
La salud pública no debe reducirse a la oferta de servicios médicos. Su campo de acción incluye la vigilancia epidemiológica, la prevención de enfermedades, la promoción de estilos de vida saludables, la gestión de riesgos sanitarios, la preparación ante emergencias, y la regulación de entornos seguros para la vida y el trabajo.
El Estado cumple un rol indelegable como garante del derecho a la salud, actuando a través de sus funciones esenciales de salud pública. Estas funciones permiten asegurar no solo el control de enfermedades, sino también la equidad, la participación social y la intersectorialidad en la toma de decisiones que afectan la salud colectiva.
Una salud pública fuerte implica:
El modelo biomédico tradicional se enfoca en el individuo enfermo, pero la salud de una sociedad se explica principalmente por factores estructurales (también llamados, determinantes sociales).
En el Perú, estos determinantes son marcadamente desiguales. La salud pública tiene el rol de corregir esas inequidades a través de intervenciones integradas e intersectoriales.
El COVID-19 actuó como una tomografía de las sociedades. En el caso peruano, expuso deficiencias profundas:
La lección es clara: sin salud pública sólida, el crecimiento económico no puede sostenerse.
La salud pública puede y debe ser el eje articulador de un nuevo contrato social en el Perú, que supere el asistencialismo y se fundamente en el enfoque de derechos. Esto implica:
Este contrato social debe expresarse en un plan nacional de salud pública a largo plazo, con gobernanza participativa y capacidad para sostenerse más allá de los ciclos políticos.
La evidencia internacional es clara: los países que invierten sistemáticamente en salud pública y determinantes sociales logran mejores indicadores de desarrollo humano, productividad y cohesión social. Algunos de los principales impactos son:
El desarrollo sostenible del Perú en los próximos 30 años dependerá de su capacidad para construir un sistema de salud pública fuerte, moderno y resiliente, que articule sectores, empodere comunidades y reduzca las brechas estructurales. ¿Buscas contribuir a la construcción de un Perú más saludable y equitativo?
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