Marco global del impacto de la pandemia
La pandemia del Covid19 ha afectado al mundo de una manera muy significativa, por la extensión territorial y la profundidad del deterioro abrupto de la salud, la economía y las relaciones sociales de las poblaciones involucradas.
Para el caso de Latinoamérica, donde hemos visto en las últimas semanas, la forma en que se ha agravado el contagio del virus, la Cepal en sus últimos informes1 ha señalado que en 2020 la pobreza en América Latina aumentaría al menos 4,4 puntos porcentuales (28,7 millones de personas adicionales) con respecto al año previo y que la pobreza extrema aumentaría 2,6 puntos porcentuales (15,9 millones de personas adicionales). Nos ha adelantado que estas cifras comprometerán seriamente el cumplimiento del primer Objetivo de Desarrollo Sostenible de la Agenda al 2030, relativa a poner fin a la pobreza en todas sus formas en el mundo.
La proyección elaborada por el FMI para el PBI Latinoamérica en 2020 ha variado drásticamente, antes de la propagación del Covid-19, era de un crecimiento de 1.6; después de la propagación, es de un decrecimiento de -5.2.
La pandemia en el Perú
En el caso peruano la situación es también muy grave, la encuesta de Ipsos Perú2 sobre percepción del impacto del Covid-19 en la economía, de información levantada al 16 de abril, señala que el 42% de la población encuestada del Perú urbano, se ha quedado sin trabajo y no está percibiendo ingresos por lo que era su trabajo. El 89% en promedio ha visto reducido sus ingresos económicos durante la cuarentena, y en los niveles socioeconómicos D y E, está reducción alcanza al 96% del segmento más necesitado.
Las proyecciones del PBI para 2020, son ahora de lo más variadas, pero por supuesto, todas en decrecimiento.
Implementación de políticas públicas del gobierno
El Ejecutivo ha puesto en marcha un importante plan de herramientas de política enfocado en contener el Covid-19 y reactivar progresivamente la economía. Las políticas están relacionadas con el gasto público, medidas tributarias y facilidades para conseguir la continuidad de la cadena de pagos.
En América Latina el Perú es uno de los países que más ha invertido en subsidios para su población durante esta pandemia, alrededor de 30 mil millones de dólares, unos 12 puntos del PBI. El objetivo originalmente propuesto han sido los hogares en pobreza o pobreza extrema y luego se ha ampliado.
El soporte económico a las familias, como parte de las políticas públicas implementadas, se ha materializado en diversos bonos que son subsidios monetarios. El gobierno ha sido uno de los primeros países en implementar esta política en Latino América, pero ha debido enfrentar contra el tiempo, el gran problema de la informalidad y la falta de información de registros y estadísticas cruzadas del que adolece nuestro país por tantas décadas. Realmente es una tarea muy compleja.
A pesar de todo, el gobierno es optimista en cuanto a la eficacia en cobertura y oportunidad de sus políticas implementadas para la crisis, por una parte, el cronograma del Ministerio de Economía y finanzas para culminar la entrega de los bonos es la primera quincena de junio y por otra parte, la misma Ministra de Economía en sus diversas entrevistas, ha asegurado que hacia el final de la cuarta y última fase del plan de reactivación (fines de agosto 2020), la economía debe estar operando al 95%.
Futuro de incertidumbre de las políticas públicas
Mientras tanto, podemos ver varios reportajes periodísticos y encuestas nacionales urbanas, como la de CPI del 24 de abril al 7 de mayo de 2020, en la que informan que más del 72% de la población encuestada no ha recibido ninguna ayuda hasta esa fecha. Lo serio es que esta información corresponde a 40 y 50 días después de haberse iniciado la cuarentena y la implementación de las medidas de soporte a la población vulnerable que realmente, en las actuales circunstancias, es más del 50% de las familias del país.
Pensando positivamente que sólo se trata de tiempo y no de padrones incompletos, (que no es del todo cierto): ¿Cómo podría esperar tanto para comer la población que no tiene ingresos? De eso se trata esta crisis y este reto, de las decisiones y efectividad del estado, depende la vida, la salud y la seguridad de los ciudadanos. El estado debe minimizar el margen de error en sus decisiones y ser eficaz en su implementación. ¿Qué hacer para lograr eso? ¿Estamos en capacidad para lograrlo?
Análisis de las capacidades del estado para implementar sus políticas postcrisis
¿Qué nos dice el Ranking global de competitividad 2019 del Foro Económico mundial?3
Como sabemos, este ranking es elaborado con la información de entre 140 a 150 países y evalúa la situación y el puntaje de cada país en doce pilares. El Perú en el último año descendió 2 posiciones y 5 en los últimos 2 años Dos de los pilares más débiles del Perú son el Institucional y el de Infraestructura.
Según el MEF, el Plan Nacional de Competitividad y Productividad, aprobado el 28 de julio de 2019, contiene dentro de sus 9 objetivos prioritarios, diversas medidas de política que permitirán mejorar en el ranking. Un aspecto importante en este plan, son las acciones para cerrar las brechas de infraestructura en el mediano plazo. Sin embargo, el gobierno debiera actualizarlo de forma inmediata para considerar el cierre de brechas que han sido puestas en evidencia de forma fatal por la pandemia del coronavirus, en el sector infraestructura, saneamiento, educación y otros.
El tema Institucional es significativamente débil en Perú, y como lo refleja el detalle del Ranking global de competitividad, el Perú, en la mayoría de los elementos que componen ese pilar, se encuentra en posiciones por debajo del 100, ejemplo de ellos: fiabilidad de los servicios de la policía, independencia judicial, carga de regulación gubernamental, derechos de propiedad, visión a largo plazo del gobierno, etc.
Sobre Institucionalidad ha escrito el politólogo y catedrático español Joan Prats i Catalá4:
“La debilidad de los Estados para formular, y sobre todo para implementar, políticas públicas de desarrollo tiene hondas raíces institucionales y sociales…”
“El desarrollo institucional es una condición necesaria para que surjan mercados interna e internacionalmente competitivos, para que sean creíbles los procesos necesarios de integración regional, para que los pobres pueden acceder sin discriminaciones a las actividades productivas, para que se multiplique el tejido de pequeñas y medianas empresas insertadas en la economía global…”
Vemos la importancia de las instituciones, entonces, ¿qué es lo que debemos entender por “Instituciones”?
El economista e historiador estadounidense Douglas North5 , hace la siguiente definición:
“Las reglas del juego en una sociedad; formadas por restricciones formales (leyes, constituciones) e informales (normas de conducta, convenciones), así como las características de su aplicación y cumplimiento.”
Pero, no son todas las instituciones existentes en el Perú, las relevantes a tomar en cuenta. En este caso, el mismo North6 nos señala los requisitos de las “buenas” instituciones, tanto formales como informales:
“Aquellas que, a partir de un conocimiento acumulativo, acaban siendo legítimas, equitativas, eficientes, estables y flexibles, y, por ello, son reglas del juego que constriñen conductas ineficientes, fraudulentas e ilegales en la sociedad y en el Estado…”
Vemos claramente que la labor de selección y reformas de las buenas instituciones en el Perú, será amplia y compleja, pero necesaria, si realmente queremos obtener buenos resultados, y particularmente en la situación de crisis, y de “vida o muerte” en la que nos encontramos.
Por mi experiencia personal, en este momento veo al Perú como un paciente oncológico. Hace cerca de 15 años me descubrieron un tumor canceroso y me operaron para extirparlo. En mi recuperación se me acercó la supervisora oncológica y me dijo: “La buena noticia es que se logró extirpar el mal de forma encapsulada y no necesita más tratamiento para ese caso. Pero, el problema es que su sistema inmunológico ya falló y puede volver a fallar nuevamente con consecuencias fatales. Sólo existe una forma de evitarlo y es que cambie radicalmente su forma de vida, evitando el stress y los excesos, adoptando una vida mucho más saludable.” Me costó trabajo, sobre todo en el tema del stress, pero lo logré y aquí estamos.
El covid-19 está causando penosos perjuicios en las familias y en las economías en el Perú y en el mundo y no podemos engañarnos pensando que cuando se encuentre una vacuna efectiva, se habrá solucionado el problema. ¡NO! El problema es más grave, porque lo que se ha verificado es que el sistema inmunológico de la humanidad ya falló y podrán aparecer otros virus mutantes u otro tipo de mal que requerirá vacunas ad-hoc y no servirán las conocidas. ¿Y volveremos a vivir el mismo drama?
Propuesta de acciones inmediatas a ejecutar
El tema de evitar nuevas enfermedades similares en el futuro, no lo podremos controlar en el largo plazo. Lo que sí ¡TENEMOS QUE HACER! es reducir al mínimo las brechas de nuestras capacidades, en todas las áreas que ahora han sido sobrepasadas con tan fatales consecuencias: los sistemas funcionales y sus infraestructuras, empezando por salud, saneamiento, desarrollo social, producción y transportes; pero también los sistemas administrativos: recursos humanos competentes y suficientes en todo el país, sistema de abastecimiento efectivos e íntegros, sistema de inversión eficaz y económico, etc.
Los cambios urgentes en estos sistemas, gravitantes en la Gestión Pública del Perú Postcovid19, los podemos materializar en gran parte con las siguientes acciones:
- Que exista un compromiso generalizado respecto a la implementación de la Reforma del Servicio Civil con enfoque intercultural. Se requiere un acuerdo político que aproveche la crisis para una aceptación con mayor facilidad y rapidez. De ese modo se minimizarán los riesgos de que futuros gobiernos desdeñen la meritocracia “perpetuando el poder de la confianza.” (o boicoteen la reforma con exoneraciones inconstitucionales a la Ley del SC (sentencia del TC 26 abr 2016). Un servicio civil competente y meritocrático, es la base para la mejora del resto de sistemas.
- Intensificar la implementación del Plan de Integridad, disponiendo que la máxima autoridad administrativa de cada entidad pública, asuma la responsabilidad del desempeño de esa entidad en el área de Integridad y ética.
- Replanteamiento de un eficaz proceso de descentralización, al final de la cual, la calidad de los servicios, sea mejor de lo que es actualmente7.
- Revisión y relanzamiento de la Política Nacional de Modernización de la Gestión Pública, estableciendo metas más exigentes en el rediseño de los sistemas administrativos para los órganos rectores e iniciar su implementación, con los gobiernos subnacionales.
- Transformación digital en el sector público en forma disruptiva (a la cual el estado está obligado).
- Ajuste y elevación de las metas del Plan Nacional de Competitividad y Productividad con un mayor compromiso de la empresa privada y la sociedad civil para el cierre de brechas (APP). El estado solo, no tiene los recursos para acortar los plazos de cierre de brechas en infraestructura, que ahora, deben redefinirse y ser mucho más realistas para atender con holgura, situaciones como las que estamos viviendo..
- Un sistema de control que vaya de la mano con todas estas reformas, y no constituya un elemento ralentizador de los sistemas funcionales y administrativos.
En todos estos procesos, será imperativo contar con la intensa participación y fiscalización de la propia ciudadanía involucrada.
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1Cepal (2020). Informe Covid 19 N° 3 CEPAL 12 may 2020 https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/45527/5/S2000325_es.pdf
2Ipsos Perú (2020). Informe de Resultados Opinión Data - Abril Perú, abril de 2020pag. 20
https://www.ipsos.com/sites/default/files/ct/news/documents/2020-04/opinion_data_-_22_de_abril_del_2020.pd
3World Economic Forum (2019). The Global Competitiveness Report 2019. Professor Klaus Schwab World Economic Forum Editor.
http://www3.weforum.org/docs/WEF_TheGlobalCompetitivenessReport2019.pdf
4Prats (2005). De la burocracia al management, del management a la gobernanza.
5INAP (2015). Ética pública y buen gobierno. Villoria, Manuel; Izquierdo, Agustín, Cap. 4 Nota 17
6Ibid., Cap.
7PCM (2016). Informe anual del proceso de descentralización 2016 Secretaría de Descentralización Presidencia del Consejo de Ministros. Pag. 24.