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Un truco para el manejo de emociones negativas

Escrito por Javier Benítez | ene 27

Las emociones son una parte inseparable de nuestra experiencia humana. Sin embargo, cuando no las manejamos adecuadamente, pueden convertirse en un obstáculo en nuestra vida personal y profesional. Este artículo presenta una técnica práctica para mantener la calma en situaciones de conflicto.


Como profesor de negociación y resolución de conflictos, una pregunta frecuente de mis alumnos es: ¿Cómo puedo manejar mejor mis emociones?


Las relaciones interpersonales son necesarias y contribuyen enormemente a nuestra felicidad, pero pueden volverse complejas. Cuando no manejamos adecuadamente nuestras emociones, podemos tomar decisiones desafortunadas o decir palabras de las que luego nos arrepentimos. ¿Te ha pasado?


Si bien hay muchas técnicas para manejar las emociones negativas; hoy quiero compartir una historia personal de la que aprendí un gran truco para que las emociones no nos ganen.


Cuando era pequeño, solía veranear en el campo, cerca de un río. En ese río aprendí a nadar, de manera autodidacta. Como muchos principiantes, mi primer desafío fue evitar tragar agua. Aunque me aconsejaban cerrar la boca, frecuentemente lo olvidaba hasta que, finalmente, interioricé esta simple pero crucial lección.


Años después, cuando aprendí a bucear sin equipo de respiración, apliqué el mismo principio. Es una verdad universal: quien ha tragado agua nadando jamás intentará respirar mientras bucea. El instinto de querer respirar bajo el agua existe, pero la experiencia nos enseña a resistirlo.


Esta misma lógica aplica al manejo de nuestras emociones. Así como el buceador siente el impulso de respirar bajo el agua, pero se contiene; nosotros podemos sentir el impulso de descargar nuestras emociones en momentos de tensión. Sin embargo, al igual que respirar bajo el agua, expresar nuestras emociones sin control solo nos perjudica.


La solución es similar a la técnica del buceador: cuando necesita respirar, sale a la superficie, toma aire, se recupera y luego vuelve a sumergirse. De la misma manera, cuando sientas el impulso de reaccionar emocionalmente en un conflicto, toma distancia, respira, reflexiona y vuelve cuando hayas recuperado la calma. Descubrirás que, al hacerlo, podrás expresar tus pensamientos de manera más constructiva y efectiva. 

La gestión emocional es una competencia esencial para los profesionales de recursos humanos y líderes organizacionales, quienes frecuentemente deben mediar conflictos y tomar decisiones en situaciones de alta presión. 


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