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La violencia de género contra las mujeres es un problema público complejo, histórico, estructural, sistémico y con un alto impacto en la vida de las mujeres y de nuestra convivencia social. En este blog post revisaremos su definición, compartimos algunas cifras a nivel nacional e internacional y analizaremos la Estrategia Nacional de Prevención de la Violencia de Género contra las Mujeres “Mujeres libres de violencia”.
Violencia de género: definición
Si bien la violencia de género está referida a cualquier acto que vulnera los derechos y la integridad de una persona o grupo en razón de su género, se advierte una mayor persistencia y una magnitud creciente hacia las mujeres. Si además entrelazamos otras variables de discriminación (edad, etnia, clase, lugar de pertenencia, orientación sexual etc.), la situación de opresión hacia la mujeres se potencia.
Podemos entender la violencia de género contra las mujeres (en adelante VGCM) como "cualquier acción o conducta que causa muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a las mujeres por su condición de tales, tanto en el ámbito público como en el privado… puede manifestarse de manera física, psicológica, sexual y económica o patrimonial”. [1]
También es relevante reconocer que la VGCM, desde la mirada del modelo ecológico, es un fenómeno multidimensional que surge por el entrecruce de diferentes factores de riesgo a nivel individual, familiar, comunal y social. Este fenómeno tiene como principal raíz la desigualdad de género: a partir de la diferencia sexual entre hombres y mujeres se edifican relaciones de poder que ubican a las mujeres como seres inferiores y subordinados con respecto a los hombres y, por ello, experimentan mayores injusticias.
Cabe indicar también que estas asimetrías de género se reproducen a lo largo del tiempo a través de discursos y prácticas cotidianas, atravesando todos los ámbitos de socialización (familia, escuela, grupo de pares, trabajo, medios de comunicación, espacios públicos, etc.) y llegando a ser normalizados en nuestra actuación y en el imaginario social.
En consecuencia, la VGCM es una expresión más dentro de la amplia gama de situaciones de discriminación de género, y su resolución requiere de una perspectiva integral y articulada.
Violencia contra la mujer en cifras
En 2018 se estimó que, a nivel global, 736 millones de mujeres experimentó alguna vez en su vida violencia física o sexual por parte de una pareja íntima, o violencia sexual perpetrada por alguien que no era su pareja. Esto equivalía aproximadamente al 30% de las mujeres de 15 años o más.
Durante el contexto de la pandemia por el COVID-19, la gravedad de este problema global se vio intensificado. Así, fue revelado que “45% de las mujeres declararon que ellas o una conocida habían experimentado alguna forma de violencia desde el comienzo de la pandemia. Además, 6 de cada 10 consideraron que el acoso sexual en lugares públicos había empeorado”[2].
Con respecto a América Latina y el Caribe, se reporta que “entre el 60% y el 76% de las mujeres y niñas de América Latina y el Caribe ha sido víctima o ha experimentado algún episodio de violencia de género en distintos ámbitos de su vida”[3]. Todo ello sin considerar las limitaciones con respecto al registro de casos y la agudización de la problemática en el periodo de pandemia.
Si nos centramos en el Perú, según el Informe de Brechas de Género 2022 se identifica una disminución de 38% el 2011 a 26.7% el 2021 de mujeres en edad fértil unidas que han sido víctimas de violencia física por parte de su pareja en algún momento de su vida. Sin embargo, al 2021 se observa la persistencia del problema tanto en zonas urbanas (26.2%) como en zonas rurales (28.6%).
Además de las cifras compartidas respecto a la realidad peruana, también se advierte que a mayor nivel educativo de las mujeres estas experimentarían menor violencia física. Del mismo modo, si bien la VGCM atraviesa diferentes estratos socioeconómicos, se observa que existe una mayor presencia de violencia en sectores con mayores índices de pobreza.
Igualmente, es importante reparar que en el año 2021 se reportaron 141 feminicidios, siendo las mujeres (140,833) quienes han vivenciado mayor violencia familiar y/o sexual en comparación con los hombres (22,964).
Adicionalmente, de acuerdo a la ENARES 2019, a nivel nacional se revela que 58,9% de personas toleran la violencia contra las mujeres; cifra que visibiliza la normalización de esta práctica.
Acción del Estado
Frente a este problema, el Estado peruano se ha alineado a una serie de marcos normativos internacionales como la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer — CEDAW y la Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer “Convención Belem do Para”; con el propósito de proteger y promover los derechos de las mujeres, particularmente en lo referido a la atención y prevención de la VGCM.
En la misma línea, se viene implementando una serie de medidas direccionadas a dicho fin, siendo las principales:
- La Ley N° 28983 de Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Hombres
- La Política Nacional de Igualdad de Género - PNIG
- El Plan Nacional Contra la Violencia de Género 2016 – 2021
- El Programa Nacional para la Prevención y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres e Integrantes del Grupo Familiar – Aurora
- La Estrategia Nacional de Prevención de la Violencia de Género contra las Mujeres “Mujeres libres de violencia”, entre otros.
Estrategia Nacional de Prevención de la Violencia de Género contra las Mujeres
Con respecto a la Estrategia Nacional de Prevención de la Violencia de Género contra las Mujeres “Mujeres libres de violencia”, aprobada el 2021, tiene como objetivo “establecer intervenciones integrales, articuladas y efectivas para prevenir la violencia de género contra las mujeres, en todos los entornos de socialización y convivencia”[4].
La estrategia incluye como enfoques transversales los siguientes: derechos humanos, discapacidad, generacional, género, interculturalidad, interseccionalidad, territorial, intergeneracional, gerontológico y diferencial para el goce efectivo de los derechos de la persona mayor.
Es importante también mencionar que la puesta en marcha de esta estrategia se financia con el presupuesto de cada institución, según las competencias que le correspondan. Además, su aplicación se extiende a todas las entidades gubernamentales, entidades privadas y sociedad en general; siendo el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables - MIMP el ente conductor y encargado de efectuar el seguimiento y evaluación.
En ese sentido, la estrategia se constituye en una herramienta clave de gestión pública que promueve una actuación convocante que entrelaza esfuerzos desde los diferentes actores de la sociedad y, de otra parte, aborda directamente los nudos causales de este fenómeno mediante la prevención primaria de factores de riesgo asociados con la VGCM, los cuales son:
De otra parte, se han trazado objetivos específicos y estratégicos cuya aplicación contempla entornos comunitarios, educativos, laboral y sindical, legal y medios de comunicación; siendo las temáticas priorizadas la de autonomía económica y social, crianza positiva, cultura de igualdad, educación sexual integral, habilidades socioemocionales, masculinidades igualitarias, factores de riesgo, y salud sexual y reproductiva. A continuación, se presenta los objetivos establecidos:
Finalmente, señalar que la ejecución de esta estrategia es fundamental para la eliminación progresiva de la VGCM. Esto exige renovar nuestro compromiso de aportar desde los diferentes espacios donde interactuemos –familias, centros de labores, casas de estudios, grupos de amigos, instituciones públicas, manejo de nuestras redes sociales, etc.– en la prevención de este problema.
Igual de necesario es desplegar nuestro deber de vigilancia ciudadana en la implementación de esta herramienta de gestión pública, conducente a promover el derecho a una vida libre de violencia y de igualdad de género como aspectos claves del desarrollo y la democracia.
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[1] Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables-MIMP. (2022). Marco conceptual para la prevención de la violencia de género contra las mujeres, p. 13.
[2] ONU. (2022). Informe del Secretario General. Intensificación de los esfuerzos para eliminar todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas A/77/302, p. 2
[3] Banco Interamericano de Desarrollo-BID. (2022). Aún necesitamos más y mejores datos para combatir la violencia contra las mujeres. Párr. 7.
[4] Decreto Supremo que aprueba la Estrategia Nacional de Prevención de la Violencia de Género contra las Mujeres “Mujeres libres de violencia” DS N° 022-2021-MIMP, p. 1
* Magíster en Género, Sexualidad y Políticas Públicas. Profesional en ciencias sociales con experiencia senior en la conducción y gestión por resultados de proyectos, programas y políticas públicas en diferentes realidades y campos del desarrollo –impulsadas por entidades públicas, de la sociedad civil y organismos de cooperación internacional–; así como en la incorporación de enfoques de desarrollo sostenible, género, interculturalidad, inclusión social y derechos humanos.
