El 2 de abril de 2025, EE.UU. estremeció al mundo con su "Día de la Liberación", disponiendo la aplicación de aranceles comerciales adicionales. ¿Conllevará ello a mejorar el desempeño económico de EE.UU.? ¿Cuál será el impacto en las exportaciones peruanas?
Este artículo examina las causas subyacentes de estas medidas, evalúa el impacto específico en las exportaciones peruanas y propone estrategias para que los empresarios y el gobierno peruano puedan no solo mitigar los efectos negativos, sino también capitalizar las oportunidades emergentes en este nuevo escenario global.
Guerra comercial EE.UU. vs. China
La imposición de estos nuevos aranceles comerciales generó tal nivel de incertidumbre financiera en el mundo que obligó al gobierno norteamericano a retroceder, disponiendo una suspensión de 90 días.
No obstante, en el caso de China, se mantiene el arancel en 125 % a todos sus productos. Frente a esta situación, China ha respondido recíprocamente; desatándose una guerra comercial sin precedentes.
En el fondo, la medida adoptada por EE.UU. responde a dos necesidades:
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- Frenar su impresionante déficit fiscal
- Detener el avance geopolítico, económico y financiero que ha logrado China a nivel global; el cual constituye un serio peligro para los intereses norteamericanos.
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No le será fácil a la administración Trump frenar los embates chinos; menos aún si es que opta por una política arancelaria proteccionista. Persistir en ello podría perjudicar a sus consumidores y conducir a que su industria nacional pierda productividad y competitividad, ralentizando así su economía.
De hecho, EE.UU. —otrora defensor de políticas comerciales liberales y hoy abanderado del proteccionismo— se equivoca. La teoría de los negocios internacionales[1], respaldada por la experiencia práctica, demuestra que las medidas proteccionistas terminan empobreciendo a los países que las implementan.
Impacto en las exportaciones peruanas
En el caso del Perú, Estados Unidos ha establecido un arancel del 10 %. Esta medida afecta principalmente a productos alimenticios y manufacturas como textiles, confecciones, prendas de vestir y artículos del sector metalmecánica. En otras palabras, el arancel impacta en productos de alto valor agregado, que son la base de nuestras exportaciones no tradicionales.
Estados Unidos representa el segundo socio comercial más importante para Perú, tanto como destino de exportaciones como fuente de importaciones. Durante 2024, el 12.6 % del total de las exportaciones peruanas se dirigieron a Estados Unidos, alcanzando un valor de US$ 9,220 millones. En contrapartida, Perú importó productos estadounidenses por un valor de US$ 10,002 millones[2].
Esta medida arancelaria desencadenará en el encarecimiento de los productos peruanos en el mercado estadounidense, lo que reducirá su competitividad frente a alternativas de otros países. Como consecuencia directa, disminuirá tanto el consumo por parte de los compradores estadounidenses como los pedidos realizados por los importadores. Este escenario representa una clara amenaza para el sector exportador peruano.
Una ventaja competitiva para el Perú
En este contexto global, dinámico y cada vez más interconectado, los exportadores peruanos deben mantenerse alerta ante las constantes amenazas que surgen tanto en el ámbito nacional como internacional. La reciente decisión de la administración Trump es simplemente un ejemplo más de estos desafíos.
Sin embargo, es importante recordar que cada amenaza también genera nuevas posibilidades. Este es el momento para que nuestros exportadores demuestren su capacidad de adaptación y aprovechen al máximo estas oportunidades emergentes para fortalecer su posición en el mercado.
La estructura arancelaria impuesta por el gobierno estadounidense ofrece una ventaja comparativa para el Perú. Por ejemplo, China, Filipinas y Vietnam son competidores directos del Perú para confecciones y prendas de vestir en los EE.UU. A estos países se les han impuesto aranceles del 125 %, 53 % y 15 %, respectivamente. Perú enfrenta una tasa significativamente menor: 10 %.
Esta diferencia arancelaria crea una oportunidad clara para que los exportadores peruanos ocupen los espacios de mercado que dejarán estos competidores. Este mismo fenómeno podría ocurrir con productos del sector agroexportador.
Desarrollo de mercados alternativos
Resulta imperativo que el gobierno peruano actual y el sector privado establezcan una colaboración estrecha para impulsar la diversificación de mercados.
El entorno estadounidense, caracterizado por una creciente incertidumbre y una posible desaceleración económica, ha perdido su tradicional predictibilidad para los negocios internacionales. Este escenario crea la necesidad urgente de identificar y desarrollar mercados alternativos para canalizar la oferta exportable peruana.
¿Cuáles serían estos? Aquellos que tengan el siguiente perfil:
- Crecimiento del PBI no menor de 5% e incremento del PBI per cápita en los últimos 5 años.
- Libertad económica
- Estabilidad política
- Complementariedad con la economía peruana.
Aquí podemos mencionar a países europeos tales como Polonia, República Checa, Hungría, Bulgaria, Rumanía, Serbia, Bosnia, con los cuales ya están establecidas relaciones comerciales, pero podrían intensificarse aún más.
Otro grupo de países podrían ser Turquía, Baréin, Kuwait, Arabia Saudita, Israel y Qatar. Los últimos cuentan con altos niveles de capacidad de compra y con excelentes posiciones en los rankings económicos financieros[3].
¿La distancia puede ser una limitante? Seguro que sí. No obstante, el avance tecnológico acorta distancias, conllevando una eficaz distribución física internacional de las mercancías.
Mayor cantidad de OCEX
El gobierno debe abrir un mayor número de OCEX[4] en los países previamente señalados, con el fin de determinar oportunidades de negocio para los exportadores. Estos, a su vez, deberán también intensificar sus estrategias de innovación en productos, procesos, marketing y organización; lo cual, sumado a un diseño estratégico de marketing mix (4P), creará oferta exportable disruptiva, diferenciada y competitiva en calidad y precio.
Definitivamente, esta tarea no es fácil, empero, la deben iniciar los empresarios exportadores para resguardarse de las amenazas del proteccionismo. A la fecha, son más de 170 países que ya conocen la oferta exportable peruana; hagamos que dicho número aumente a 200 y así logremos presencia mundial.
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[1] Daniels et al. (2014). Negocios Internacionales. Ambientes y Operaciones. Ed. Pearson, 3° edición
[2] SUNAT (2024). Estadísticas de Comercio Exterior.
[3] Doing Business, Índice de Libertad Económica e Índice de Competitividad Global
[4] Son las Oficinas Comerciales del Perú en el exterior llamadas a apoyar al exportador peruano a través de sus 30 oficinas en las principales ciudades del mundo