Los valores son el procedimiento operativo de una empresa, son el “cómo” de la misión. Conoce en este artículo cuál es el proceso adecuado para su creación.
Después de más de 15 años de asesoramiento a las pequeñas y medianas empresas, las áreas de servicio, producción, logística, mercadotecnia, finanzas, instituciones públicas, instituciones privadas, instituciones sin fines de lucro, me encontré que no tenían claro los valores de su organización. Estas no los habían formulado o de lo contrario habían contratado a un experto en desarrollo humano tipo coach pero que no había trabajado en ninguna empresa, eran meros hombres de laboratorio que no habían tenido contacto con la realidad salarial en las diferentes áreas de una organización, y, es más, durante su estancia en sus organizaciones, nadie les preguntaba sobre los valores, sino sobre el cumplimiento de la tarea encomendada.
En mi opinión, con mas de 45 años de experiencia laboral y 18 años en aspectos de consultoría en los niveles gerenciales y de mando medio, puedo expresar que los valores son solo conductas específicas y reales, y tan descriptivos que dejan poco espacio a la imaginación. El personal de una empresa debe ser capaz de usarlos como procedimientos operativos vigentes porque son el “cómo” de la misión, el medio para lograr el fin: Ganar.
Proceso de creación interactivo
A diferencia de la creación de la misión, todo aquel que trabaja en la empresa debería opinar acerca de los valores. Posiblemente sea un proceso algo caótico; no importa. En las pequeñas empresas, todos pueden participar en el debate mediante diversas reuniones. Las grandes organizaciones tienen mayores dificultades. Sin embargo, es posible utilizar reuniones para lograr la mayor discusión personal posible, así como su participación mediante el intranet. Conseguir la mayor participación es esencial, porque es una fuente de inspiración e ideas y al final del proceso, implica un nivel mayor de aceptación. El proceso de creación de valores debe ser interactivo.
El equipo ejecutivo puede crear la primera versión, que será únicamente eso, un borrador. Todo el personal de la organización deberá examinar una y otra vez, ese documento, y el equipo ejecutivo no debe inmiscuirse, solo así se creará un ambiente en que las personas se sientan obligadas a construir.
Si se forma parte de una empresa que aprecia el debate (que son muchas), es imperdonable no contribuir al proceso, vamos a un ejemplo: tomemos el valor “tratamos a los clientes como nos gustaría que nos tratasen a nosotros”. Es bastante tangible pero la Cia. Bank One había identificado estas conductas que hace que dicho valor real se dé:
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- No permitir nunca que los conflictos por los beneficios de un departamento, o sección, o unidad se interpongan en lo que es justo para el cliente.
- Ofrecer a los clientes un trato bueno y justo. Lograr buenas relaciones con el cliente lleva tiempo. No intentar maximizar los beneficios a corto plazo a costa de tales relaciones duraderas.
- Buscar siempre el modo de facilitar los negocios con nosotros.
- Comunicarse a diario con los clientes. Mientras nos hablan, no pueden estar haciéndolo con la competencia.
- Nunca olvidarse de dar las gracias.
- Eliminar la burocracia. Reducir gastos siempre que sea posible.
- Las operaciones deben ser rápidas y simples.
- Valorar el tiempo de los demás.
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Una misión concreta es fundamental, como también lo son unos valores que describen conductas específicas. No obstante, para que la misión y los valores de una empresa operen juntos como una proposición orientada al triunfo, deben reforzarse mutuamente.
Conclusión
La claridad en los valores y las conductas de nada sirven si estas no se fomentan. Para conseguir que los valores tengan un significado real, las empresas deben recompensar a las personas que lo siguen y castigar a quienes no lo hacen, de esta forma el éxito será mucho más fácil. Si tenemos empleados o directivos que no se ajustan a los valores deberemos separarlos de la organización.
Fomentar la autoestima mediante el ánimo, el apoyo y el reconocimiento. La autoestima es una fuente de energía y proporción a los empleados el valor de sobrepasar sus limite, asumir riesgos y lograr sus sueños. Es el combustible de los equipos triunfadores.
Con demasiada frecuencia, los altos mandos creen que el desarrollo de su equipo solo se produce una vez al año, en las revisiones de rendimiento. Nada más lejos de eso. El desarrollo del personal debe ser diario y estar integrado en tal aspecto del funcionamiento cotidiano.
Si el equipo cuenta con un empleado brillante o con uno que no da talla, debe compartirse esta impresión con el jefe del equipo lo antes posible.
Todo acontecimiento de la rutina laboral puede utilizarse para desarrollar el personal. Es por ello que los valores son el faro iluminador de una travesía que hacen que las embarcaciones lleguen a buen puerto en el lugar y en el momento adecuado.
Como puedes ver, la formulación de los valores son el núcleo de una empresa y son muy importantes para tener una cultura y rumbo claro. Si te interesa tener una visión estratégica y global de los negocios, puedes dar el siguiente paso con una Maestría en Administración de Negocios. Conoce más del programa aquí.